Evidentemente una de las figuras más emblemáticas de la música universal es Alan Parsons, quien junto con otro icono como Electric Light Orchestra, visitan una vez más nuestro país para demostrar el por qué del éxito a pesar de tantos años, en el que ahora congregan también a jóvenes que están ávidos por escuchar a las bandas de La Vieja Escuela; y así lo demostraron.
Por Miguel A. HERNÁNDEZ / Fotos de Fernando ACEVES
La euforia por ver a Alan Parsons y ELO juntos nuevamente es motivo para que desde que sale uno de casa vaya con la mente de que será una noche inolvidable y no es para menos cuando dos iconos musicales pisan un escenario que se ha convertido en parte importante para los conciertos de todo tipo y es que si lo vemos con una perspectiva lógica, fue una reunión de tres leyendas, por una parte, cada una de las bandas y por la otra, el Plaza Condesa; un edificio que marcó parte de la historia de nuestra ciudad.
Arribando hacia el lado de Chapultepec ya se podía oler ese ánimo de las personas que iban acercándose al lugar, en auto o caminando. Los amigos se encontraban y saludaban con el gusto de disfrutar un buen concierto, como en los viejos tiempos.
En punto de las 20.00 hrs, Electric Light Orchestra part II, como se hacen llamar ahora hicieron su aparición, entrando cada uno de ellos al escenario de este casi nuevo foro y que se sabe bien, tiene muy buen acústica. Louis Clark, Glen Burtnik, Gordon Townsend, Parthenon Huxley, Eric Troyer y Mik Kaminski, luciendo esa personalidad tan característica que tienen.
La banda se mostraba contenta, en cada oportunidad que tenían saludaba a su público, quienes sonreían y cantaban con ellos, además de aplaudir su actuación. Grandiosos, sí pero sencillos, como pocos.
Todos tienen un talento impresionante en cada uno de los instrumentos, hacían reflexionar de pronto en los sonidos tan limpios que emanaban de las bocinas del Condesa. Fueron aproximadamente veinte los temas que interpretaron, llegando a la mente algunas como “Last train to London”, “Evil Woman”, “Rockaria”, “Telephone Line”, “Don’t Bring me Down”, “Living Thing”, “All Over the World” y “Mr. Blue Sky”, principalmente. Casi dos horas de show como pocos pueden y saben ofrecer y aún faltaba el plato fuerte de la noche.
El cambio fue en poco tiempo y se escuchó entonces el fondo de “I Robot” y los integrantes de Alan Parsons Live Project salieron a dar el todo por el todo. No lucían su edad, su energía desplomaba cualquier aspecto que pudieran tener. El público se les dejó ir con un fuerte aplauso y gritos de emoción. P. J. Olsson, Todd Cooper, Alastair Green, Guy Erez, Danny Thompson, Manny Focarazzo y por supuesto Alan Parsons, quien no necesitaba presentación alguna.
Solos de guitarra, el bajo llevando la melodía, la batería haciendo su compás de base y la voz extraordinaria, todo perfecto en esta presentación, qué más se podía pedir cuando la trayectoria y la experiencia se notan desde su modo tan honesto y sincero con el que saludan al público, agradecidos y contentos. El teclado también lleva una parte importante, así como los vientos. Parsons Project es una banda que como él lo dijo, lleva la sangre de la vieja escuela de la música y es por eso que ofrecen este tipo de espectáculos totalmente auditivos.
Los temas iban uno tras otro, era una noche además interminable, “Pyramid”, “The Turn of a Friendly Card”, “Breakdown”, “I Wouldn’t to Be Like You” y “Don’t Let it Show”, entre otras de no menor importancia. Es difícil mencionar cuál sería la de mayor éxito porque todas tienen algo que ver con las experiencias de cada uno de los seguidores.
Por supuesto que los temas más fuertes eran como un himno, cantado por todo el aforo, como “Time” y “Eye in the Sky”, cerraron con “Games People Play”.
Dos horas más de encanto musical, terminando pasada la media noche, sin quejas, el lugar iba dejando ese espacio que colmaría a la colonia Condesa con un río de gente que salió feliz de haber sido testigo de esta noche inolvidable.