COF & ARCTURUS: Noche obscura en la ciudad de México.

Un concierto que encerró una gran variedad de amantes del black metal; generaciones  de distinta época se mezclaron, por un lado aquellos que iban a ver a una legendaria alineación, Arcturus, en su primera visita a México y los (más jóvenes) que estaban presentes por Cradle of Filth. Black metal sin fronteras y sin edad.

Por Yazmin CASTILLO / Fotos Cortesía de Dilemma

Había mucho que esperar la noche del jueves con estas dos bandas provenientes de lugares muy cercanos, pero con una gran diferencia en cultura, estilos de vida y música. Sin embargo aquí únicamente un común denominador, el black metal internacional, en un país donde se ha adoptado como propio.

Los poco más de mil doscientos asistentes más que listos para presenciar a una de la bandas con más culto en la escena, Arcturus, y de la cual se sabía poco en cuanto a presentaciones en vivo. Sus creadores, Hellhammer y Vortex, estaban aquí en nuestro país, ofreciendo un espectáculo digno para dejar en claro el por qué son considerados una leyenda. El segundo, luciendo como un piloto aviador hizo su aparición en el escenario del Circo Volador.

Muy buena ejecución en sus instrumentos hicieron que el público se prendiera e incluso al terminar su set de casi una hora de duración, algunos abandonaron el recinto para dirigirse a casa, dispuestos a no olvidar a esta leyenda. No tenían interés en ver a Cradle of Filth.

La espera se hizo eterna en los pocos minutos en que dejarían todo listo para ver una vez más a los ingleses, quienes ahora estuvieron promoviendo su más reciente disco The Manticore and Other Horrors.

Al salir a escena Dani Filth, el diminuto líder, el grito de las féminas fue ensordecedor; éste, en seguida dio una muy buena dosis de gritos y elementos guturales que han sido característicos en su carrera. Muchos asistentes irían maquillados a su “estilo” tratando de reflejar su gusto por el cantante.

Los músicos que lo acompañan, ejecutando cada instrumento con maestría, Paul Allender y James McIlroy, en las guitarras; Daniel Firth al bajo; la batería fuerte y contundente de Martin Skaroupka y los teclados de Lindsay Schoolcraft, además de hacer algunos coros para armonizar el estilo de la banda.

Con cada canción recibían una ovación y ellos se dejaban ir con todo hacia sus seguidores. Ofrecieron temas clásicos como “Tragic Kingdom”, “Funeral in Carpathia”, “A Dream of Wolves in the Snow” y de lo nuevo, “Manticore” y “The Abhorrent”.

Un largo recorrido musical durante una hora y media de gran show. Un encore para cerrar con broche de oro, “From Cradle to Enslave”, enloqueciendo al respetable, quien saldría más que satisfecho con esta noche de black metal.

Pocas veces se da un evento de esta magnitud, donde los dos exponentes dejan muy claro quiénes son y sin importar si son estelares o teloneros, brillan por su actitud y ejecución.

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