Un concierto que dejó extasiados y más, a los casi ocho mil asistentes en una noche fría como la del miércoles en el Auditorio Nacional, donde éxito tras éxito, el calor aumentó y se llenó de euforia, terminando de pie y alabando a un grande, Roger Hodgson.
Por Adrian MUÑOZ / Fotos de Rogelio MATAMOROS
Todo indicaba que sería un viaje al pasado y no era para menos, el otrora líder de Supertramp se presentaba en un Auditorio Nacional que lució casi lleno en su totalidad y donde fue recibido con un gran entusiasmo y con la emoción de aquel que asiste por primera ocasión a ver a una de las leyendas de la música y así mismo, un artista que pisa por primera ocasión este escenario.
Desde que se anunciara la tercera llamada, nunca quien corre a sus asientos para no perder ningún detalle y así fue una vez más, pero una vez postrados en sus asientos, se volvió a anunciar la salida del artista y su grupo, siendo definitivo que durante más de dos horas esto sería toda una entrega total.
Comenzaron con una magistral interpretación de “Take the Long Way Home”, dejando en claro que con o sin su anterior banda, él es quien compuso estos temas y los hace igual o de mejor calidad que antes. Su guitarra y la voz, impecables en sonido y tesitura, parecía que el tiempo no había pasado en él.
Se dio la segunda canción con un gran aplauso, él dijo algunas palabras al público, incluso disculpándose por no saber bien el idioma pero la gente no dudó en gritarle frases como una muestra de cariño y respeto a su gran trayectoria, misma que pocos la superarán.
Era obvio que los temas más representativos de su historia debían estar en ese concierto, donde una sola imagen con su nombre aparecía como escenografía, lo demás, algunas plantas y sus músicos, quienes daban verdadera cátedra interpretativa de cada nota. No había errores y si los hubo, a genios de la música como ellos, se les perdona.
Además, el gran carisma, sencillez y desenfado por parte del Roger Hodgson, hizo más agradable la velada, el frío, se había disipado.
Con un peso como el que tiene el inglés, bien podría haber entregado algunos temas, los más conocidos o los hits, pero qué se podía esperar en su primer visita y por supuesto que hizo lo propio, lanzar únicamente lo más clásico de su repertorio, que se fue en veintidós temas y más de dos horas de recital; sí, sólo así, música, música y más música.
De pronto paraba y platicaba con su gente, se hizo, muy a pesar del lugar, un concierto íntimo, un Auditorio Nacional que dejaba todo a la inspiración, a la mente, al genio. Cada palabra y cada nota suya, eran aclamados.
Canción tras canción él se dejaba ir con todo, con ese ímpetu que siempre ha desbordado y con el cual en esta gira Breakfast in America fue idónea para incluso dejar escuchar las notas de esa poesía musicalizada. “Breakfast in America”, “Lord Is it Mine”, “Lady”, “Don´t Leave Me Now”, “In Jeopardy”, “Two of Us” y “Fool’s Overture”, entre muchas más.
Fieles a su entrega, aplaudían, bailaban, coreaban y se pusieron de pie para aplaudirlos como se merecieron en esta noche.
No quedó a deber, lo dio todo y salió a despedirse y agradecer infinitamente esta comunicación musical. Roger Hodgson es y será enigmático y sensacional, no hay duda.
SETLIST: Take the Long Way Home, School, In Jeopardy, Lovers in the Wind, Hide in your Shell, Easy Does It, Sister Moonshine, The More I Look, Breakfast in America, Lady, C’est Le Bon, The Logical Song, Child of Vision, Lord Is It Mine, Death & a Zoo, If Everyone Was Listening, Don’t Leave Me Now, Dreamer, Fool’s Overture
ENCORE: Two of Us, Give a Little Bit, It’s Raining Again
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