THE CURE: Una velada que conmovió a más de cincuenta mil fanáticos.

En resumen, The Cure es considerado uno de los pioneros del género obscuro y post punk en el mundo y esta noche vino a demostrar de qué está hecho. Con casi cuatro horas y media y más de cincuenta canciones, donde no hubo la mínima falla, Robert Smith y compañía dieron a los más de cincuenta mil fanáticos, todo lo que traían y se fueron sin quedar a deber nada.

Por Yazmín CASTILLO / Fotos de Chino LEMUS (Ocesa)

Un verdadero susto y no es para menos, cuando minutos antes de que el grupo inglés The cure apareciera en el escenario del Foro Sol, un temblor sacudió el estadio y la histeria estaba por apoderarse de los asistentes, sin embargo, fue mero pretexto para tomarlo como una broma acerca del peso del vocalista de la banda, argumentando que en su camino al estrado, caería y eso haría que se sacudiera el piso de este enorme foro que se notaba lleno en su totalidad.

Eran exactamente las 20.30 cuando comenzó a escucharse la música de introducción para que apareciera en escena el quinteto comandado por Smith y de ahí, como dicen vulgarmente, para el real.

La iluminación de entrada daba una idea de lo majestuoso que luciría este escenario donde se albergaban más de cincuenta mil desenfrenados fanáticos, quienes no esperaron mucho por comenzar a corear con la banda los primeros temas. Durante los dos primeros se entendía que el vocalista no ofreciera algunas palabras al respetable, pero así siguió durante los tres temas siguientes, lo cual daba una idea notoria de que se estaría casi frente al más grande reproductor de música, de la favorita de los amantes de The Cure.

No era para menos, con esto comenzaba una serie de entonaciones que demostraban la calidad que la banda conserva, a pesar de los años y donde la voz del controvertido cantante, en ningún momento se escuchaba dañada por el paso de los años y mucho menos por el extremo sobre peso que ahora denotaba.

Sus acompañantes no se inmutaban en desenvolverse con maestría sobre este enorme foro. Simon Gallup, el bajista, era uno de los que más disfrutaba el ritmo de la música, acompañándose por el frenesí del baterista Jason Cooper.

Así, junto con la voz principal, iban desenvolviendo el pergamino de canciones. Al paso de una hora y mientras la media luna iluminaba la cresta del Foro Sol, parecía que en poco tiempo terminaría este recital, sin embargo de pronto, mirando el espléndido brillo del astro, pasaron como en un cerrar de ojos, las dos horas, mismas que anunciaban un casi final. La banda se retiró del escenario y su público no optó por pedir más. Unos cuantos salieron del lugar, pensando que sólo habría un encore  con un par de temas.

Mientras esto ocurría, la banda regresaba y comenzaba la segunda parte del gran concierto. Las luces seguían haciendo lo suyo en cada canción, la enorme pantalla trasera ofrecía imágenes de esa noche o bien alusivas a cada una. Las laterales, daban la idea a los más alejados de lo que al frente ocurría. El sonido simplemente era espectacular. Un equipo de trabajo de primera.

Los solos de guitarra por parte de Robert Smith y de su igual, el veterano Reeves Gabrels, eran eternamente aplaudidos y qué decir cuando el tecladista Roger O’Donnell hacía su trabajo en los himnos de los caballeros ingleses, quienes curiosamente en cada bloque terminarían puntuales. Mirar la luna o el reloj daba lo mismo, las manecillas marcaban tiempos perfectos por espacios de treinta minutos. Sin embargo la intercomunicación seguía sin existir.

El setlist seguía su camino, en un buen orden, indicado, especial y de acuerdo a la velada. Pasaban las tres horas y no se cansaban y mucho menos se perdía la energía ni la voz; “El Gordo” como algunos llamaban de cariño, se movió, brincó y sonrío en determinados momentos. Eso era suficiente para gritarle con desesperación como si la montaña rusa fuera el asiento principal de las chicas, quienes más que emocionadas parecían espantadas, casi como cuando el movimiento telúrico ocurrió.

Así la lista se hacía interminable, los más destacados éxitos de cada una de sus grabaciones iban sonando en los altavoces que horas antes se habían sacudido espectacularmente. Era la tercera ocasión que salían a dar más. En cada pausa eran únicamente algunos los segundos que se mantenían callados porque seguían ofreciendo uno tras otros y nuevamente sin hablar. Quizá en algún punto destacó Smith algo sobre la interpretación momentánea pero nada fuera de lo que la gran mayoría de los artistas logran cuando interactúan con sus seguidores.

Vendrían ya escuchándose las más resonadas composiciones, algunos espectadores abandonaron el lugar para lograr transporte público, pero aún así más del noventa por ciento del lleno total conservaba su lugar. Esto lo hizo aún más inaudito, no se veían movimientos en masa, eran más bien esporádicos.

Se dio un encierro más y por cuarta ocasión la banda pisaba el escenario para dar “su resto”, donde el mismo Smith permaneció durante un tiempo solo y únicamente acompañado por su guitarra, para entonar así un verdadero homenaje así mismo.

Muchos ansiosos pensaban que estaban por terminar pero no ocurría eso. La banda seguía mofándose  del clima, del horario y de lo sucedido horas antes y brindaban más temas que al sonar sus primeras notas se escuchaban los clásicos gritos de emoción y casi de remembranza por sentirse halagados con tan espléndidas interpretaciones que en sus anteriores visitas, no había podido ofrecer.

Al paso de casi cuatro horas y media, el espectáculo finalizó con un simple “Muchas Gracias Mexico” y el izamiento de la bandera nacional, mientras las cámaras enfocaban una felicitación a Robert por su cumpleaños número cincuenta y cuatro.

No hubo pirotecnia ni necesidad de espectáculos exagerados o fuera de lo normal, aquí hubo únicamente música, un sin fin de canciones que los han llevado al lugar donde están a lo largo de casi cuarenta años de trayectoria.

Al término, las grandes olas de gente recorrían las inmediaciones de la Magdalena Mixhuca a una hora poco común en domingo/lunes. Todos salieron agradecidos con este espectacular recital. “Gracias Gordo… Gracias The Cure”.

Set List: Open, High, The End of the World, Lovesong, Push, In Between Days, Just Like Heaven, From the Edge of the Deep Green Sea, Prayers for Rain, Pictures of You, Lullaby, Sleep When I’m Dead, Play for Today, A Forest, Bananafishbones, The Walk, Mint Car, Friday I’m in Love, Doing the Unstuck, Trust, Want, The Hungry Ghost, Wrong Number, One Hundred Years, End

Encore: The Kiss, If Only Tonight We Could Sleep, Fight

Encore 2: Plainsong, The Same Deep Water as You, Disintegration

Encore 3: Shake Dog Shake, Cold, A Strange Day, The Hanging Garden, Fascination Street. Charlotte Times, Primary

Encore 4: Dressing Up, The Lovecats, The Caterpillar, Close to Me, Hot Hot Hot!!!, Let’s Go to Bed, Why Can’t I Be You?, Three Imaginary Boys, Fire in Cairo, Boys Don’t Cry, 10:15 Saturday Night, Killing an Arab

 

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