XXXIV FEST TEATRO: ELS JOGLARS; ÁCIDA CRÍTICA AL PERIODISMO

XXXIV FEST TEATRO MÁLAGA

Los tiempos cambian y mientras continúa la XXXIV Entrega de Teatro, en Málaga, es el turno para Els Joglars, compañía que se caracteriza por el sarcasmo y la sátira, quien ahora hace una ácida y real crítica al periodismo.

Por M. Esther BELTRÁN / Desde España

XXXIV FEST TEATRO MÁLAGA
Ramón Fontseré se entrega en una nueva puesta.
Málaga, España.- Siguen dando la tercera llamada en el 34 Festival de Teatro de Málaga y toca el turno para la compañía catalana, Els Joglars, que se caracteriza por el uso del sarcasmo y la sátira para retomar temas de la vida diaria. Y en esta ocasión toca al periodismo.

Ramón Fontseré, director y actor de la compañía quién se dirige a sí mismo y a sus habituales ofrece una nueva sátira que introduce su bisturí en los medios de comunicación y sus audiencias, un retrato de las entretelas de un periódico en el que se habla de responsabilidad y ética, de sensacionalismo y baja calidad democrática.

Con el montaje Zenit, reflexiona sobre el papel que tiene la prensa, su libertad y propaganda, además que también le toca al público y muestra su incapacidad de crítica debido que lleva siempre las noticias puestas en su celular. Es el aparato que ahora forma parte del cuerpo y que no puede dejarse debido a que es el que mantiene la información en diversas redes sociales y permite opinar sin conocer la realidad.

El personaje central es un hombre que ve cómo se transforma su periódico llamado Zenit.

El público es testigo de las decisiones que se toman al ofrecer titulares a la sociedad. Se busca la rapidez y lo principal es tener una información que venda y que sea competitiva con otros medios.Además sin importar la procedencia de la información. Es una visión del periodismo de la vieja escuela en donde la ética, la investigación y la tarea del reportero era valorada ante un medio que se vende y se apoya en redes sociales y falta de investigación.

Fontseré expresa en el programa de mano que “en esta ocasión centramos nuestra mirada en los medios de comunicación. Algo que empezó con una pluma de cuervo o un cincel, con el paso del tiempo se ha convertido en una máquina voraz e inenarrable de éxito y poder. Nació de la necesidad de transmitir información vital para la sociedad, pero poco a poco ha devenido un negocio del entretenimiento, más centrado en desarrollar una ‘fast truth’ para la masa que en su legítimo objetivo primero. Su cota de poder e influencia es proporcional al número de ventas para ello esta máquina no dudará en matizar, manipular, retocar, filtrar o enfangar la realidad. No importan ni la ética ni la moral, el objetivo es sosegar a la masa, tenerla en vilo, atenta, adicta a la última hora. A su vez la masa es presentada como una devoradora pantagruélica de información fresca y renovada constantemente. El peligro recae en que esta maquinaria que se puso en marcha por unos motivos nobles ha sido desvirtuada por la locura consumista y ahora está fuera de control y ni sus mismos creadores la pueden dominar.

Una vez más partimos de nuestro punto de vista satírico, con escenas pautadas musicalmente que destilan mordacidad. Vemos el desarrollo diario de un gran periódico, Zenit. Observamos los entresijos de sus oficinas, el día a día de sus periodistas convertidos en media workers, las amistades y obligaciones de sus propietarios, el enfrentamiento entre el periodismo ético y la voracidad del medio…”

Participan en este montaje Pilar Saénz, Dolors Tuneu, Xevi Vilà y las dos nuevas incorporaciones a Joglars en este montaje, los actores Julian Ortega y Juan Pablo Mazorra.

Una radiografía basada en la experiencia de amigos periodistas que confesaron su experiencia y dejan ver cómo el periodismo se ha transformado. Un periodismo donde se abusa de los servicios sociales a los cuales no se paga y son utilizados en trabajo hasta publicar sus trabajos bajo el nombre de otraas personas.

Un periodismo sensacionalista que vende mientras más sangre haya. Un periodismo donde los que narran la noticia son los protagonistas y hacen circo maroma y teatro para demostrar que hubo una inundación o una gran nevada.
Mientras que la sociedad se ve envuelta de tanta información de una misma nota que se pierde la realidad ante tanta comunicación. Es el juego del teléfono descompuesto.




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