La madera transformada en arte por Leiro es lo que presenta el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga como parte de sus actividades para finalizar este año. Cuarenta creaciones del artista gallego, desde dibujos hasta esculturas de gran tamaño.
FRANCISCO LEIRO – LA MADERA TRANSFORMADA Exposición en el Centro de Arte Contemporáneo, en Málaga. Por M. Esther BELTRÁN / Fotos de J. Carlos SANTANA |
Andalucía, España.- El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC), para finalizar este 2017 presenta cuarenta creaciones de diez años de trabajo: esculturas de gran formato y dibujos del artista gallego Francisco Leiro.
La curaduría estuvo a cargo de Fernando Francés que junto con su equipo buscan siempre impactar al visitante por la calidad de obras que se exponen, además de traer artistas internacionales que están en boga en los principales escaparates del arte contemporáneo, razón por lo que el CAC de Málaga no sólo es envidiado también es referente para hablar del arte contemporáneo.
Y en está exposición nos enfrentan con un mundo natural creado de madera. Al entrar a la sala nos encontramos con diversos personajes que nos invitan a observarlos y en algunos casos nos encontramos frente a frente y somos testigos de su angustia, su esfuerzo o simplemente una mirada tímida que puede ser del mismo artista.
Y en está exposición nos enfrentan con un mundo natural creado de madera. Al entrar a la sala nos encontramos con diversos personajes que nos invitan a observarlos y en algunos casos nos encontramos frente a frente y somos testigos de su angustia, su esfuerzo o simplemente una mirada tímida que puede ser del mismo artista.
“Un tronco de árbol es el fuste del árbol. Es la columna. La columna es un árbol y la columna es un hombre y el hombre es el árbol. La madera es un ser vivo y la hay de colores como los hombres […] y la hay blanda o dura, como los hombres […]”, declaraba Leiro sobre el binomio entre madera-escultura y su relación con el hombre. “Mis esculturas giran en torno al cuerpo humano y generalmente son narrativas. En algunos casos se acercan a las fábulas y narraciones populares. También hago interpretaciones desacralizadas de temas mitológicos o religiosos”.
Y como ejemplo vemos Don Quijote, se aprecia violencia o la consecuencia de la misma, es el Quijote apaleado por unos arrieros, en ella, sobre un suelo inestable, tres figuras levantan palos con los que están dando una paliza a la figura central, el Quijote, blanca, inocente, incomprendida. Entre los eventos destinados a conmemorar el cuarto centenario del Quijote en el 2005, se realizó una exposición en el Museo Reina Sofía “Las tres dimensiones de El Quijote. El Quijote y el arte español contemporáneo” Leiro realizó esta obra especialmente para este evento. Y como está obra nos encontramos con obras de temática social, tratando las guerras, desastres o la violencia, entre otros.
La obra Réquiem, es una de las más antiguas y comprometidas de la exposición. Al observar la obra, las dos figuras de pie, ataviadas con ropas de marisqueadores, guantes, botas, maletas y mascarillas, parecen estar escuchando Lacrimosa de La Misa de Réquiem en re menor, K. 626, de Amadeus Mozart. En esta obra, convive la Historia del arte y un matiz contemporáneo, ya que las figuras tienen como telón de fondo la fotografía de agencia ampliada de una fuga tóxica en China. Las dos esculturas de pie, con una composición muy geométrica, parecen las siluetas de El Angelus, 1857-1859 de Jean F. Millet orando a la hora del ángelus, al amanecer. Con gesto solemne, estos marisqueadores recogen restos que no se aprecian de un desastre, de cualquier fuga química o de gasoil, de todas y de ninguna a la vez, explica Francés.
Agrega que Francisco Leiro “es claramente uno de los firmes ejemplos de cuando el arte es compromiso con la vivencia y el pensamiento autobiográfico. Leiro se compromete, se empapa de la realidad, de las masacres, de las injusticias, de los asesinatos, de la desmesurada violencia que existe para trasladarlo a sus esculturas, donde nos encontramos, queriéndolo o no, con la cruda realidad, personas muertas apiladas, inocentes que reciben palizas, trabajadores que recogen restos humanos del suelo, o limpian un desastre causado por los propios hombres”.
Al término de la exposición podemos salir satisfechos de ver una buena exposición y haberse perdido entre tanto personaje que hace que las familias y los niños se maravillan de ver lo que puede hacer la creatividad con la madera.
Los que acuden a los museos habitualmente son testigos que hay luchas por los espacios, debido que en algunas ocasiones se dan prioridad a los artistas de fuera del país y los nacionales se quedan relegados. Y es un objetivo muy positivo ver Francés guarda un equilibrio. En el CAC durante el año se pueden ver artistas de renombre internacional, como nacionales y locales lo cual es un plus tremendo. Sin duda para muchos debe ser un referente además de ver la calidad con la que se trabaja siempre hay material informativo y los catálogos son materiales que brindan información académica y explícita sobre los artistas. Lo cual para los investigadores les ofrece elementos para estudiar más sobre las obras.