La banda alemana Scorpions vinieron como estelares de la primera noche del Hell and Heaven, su actuación fue concisa y directa, son mayor cambio que en su anterior visita a la ciudad de México. Un show lleno de éxitos.Foto de Adrian MUÑOZ
Presentación Poco Fortuita Para Los Alemanes Texto y Fotos Por Adrian MUÑOZ |
Scorpions, uno de los estelares del Hell and Heaven, ofrecería un show conciso y directo, sin mayores cambios o preámbulos que en su visita anterior a la ciudad de México.
La primera noche, donde la lluvia era incómoda luego de siete horas, pretendía desvanecer cualquier mal tiempo con la presencia de los alemanes, sin embargo, para mala fortuna de ellos (además de muy extraño) el sonido no fue su mejor aliado y el set de canciones, así como la producción, tampoco sería un punto a su favor.
El público, impaciente por verlos una vez más o quizá por primera ocasión, comenzó la retirada que para entonces era ya una hazaña por el transporte, el tránsito y la desesperación por llegar a casa y cambiar de ropa.
Es un hecho que una banda que lleva dos años de gira pretenda dar el mismo show, pero no cuando tu actuación es como estelar en uno de los festivales más importantes de rock y metal en el mundo. Por lo tanto y con el mal sabor del audio que se dejó sentir con varios de los artistas que se presentaron, el éxito no fue como en años anteriores.
A pesar de todo, la banda, quien parecía no tener problema alguno en el escenario, dejó escuchar los temas que los han caracterizado durante sus cincuenta años de carrera. Abriendo el encuentro con “Going Out With A Bang”, seguido de “Make It Real” y “The Zoo”, en una versión recortada.
Los movimientos de una coreografía estudiada durante años, han hecho que los teutones sean aplaudidos por la audiencia, hasta el momento de las siguientes canciones, “Coast To Coast” y un medley de los años setenta conjugado con “Top of the Bill”, “Streamrock Fever”, “Speedy’s Coming” y “Catch Your Train” envolvieron al público, sin embargo en gran parte del recinto únicamente prevalecía el sonido (muy bien potenciado) del instrumento de Pawe? M?ciwoda, los bombos y los platillos.
La voz de Klaus Meine, se escuchaba a medias lunas y las guitarras únicamente tenían un buen volumen en cada solo realizado por Rudolf Schenker y Matthias Jabs.
A pesar de esto, la jornada estaba por terminar y faltarían algunos temas para recrearse y prepararse para el siguiente día.
Lo de más reciente cosecha se escuchó con imágenes alusivas en las grandes pantallas y los seguidores corearon “We Built This House”, seguidos por “Delicate Dance”, “Send Me An Angel” y la más odiada por los detractores, pero no así por la mayoría de los asistentes, “Wind Of Change”.
Los temas siguieron, “tease Me, Please Me” y no podía faltar el solo de batería de Mikkey Dee quien fue suspendido al aire y parecía sorprendido, algo que durante los veintitrés años de su estancia en Motôrhead nunca ocurriría y hoy forma parte de una banda de estrellas del rock. Por supuesto que tampoco faltaría un tributo a Lemmy, con “Overkill”.
Vendrían entonces “BlackOut”, “Big City Nights” y el encore con “Still Loving You” y “Rock You Like A Hurricane”.
Tan sólo dieciséis temas interpretados y parecían haber sido suficientes para desalojar el lugar. La banda agradeció al público su estancia a pesar de la intensa lluvia.
La salida del recinto fue un tanto atropellada pero en orden. La primera noche del Hell and Heaven dejó, salvo miles de fanáticos del rock y el metal mojados, un saldo blanco.