Desde España M. Esther BELTRÁN / Fotos de J. Carlos SANTANA
Málaga, España.- El Museo Casa Natal de Picasso ubicado en el Centro de la ciudad de Málaga no sólo expone obras del artista y muestra accesorios personales y familiares; sino que tiene la labor de recuperar textos relacionados a Picasso que muchas veces se encuentran perdidos o no se encuentran en las librerías y bibliotecas.
En esta ocasión presenta el tercer volumen de la colección de textos recuperables, que dirige el poeta Rafael Inglada. Oda a Picasso/Picasso. Dos piezas del escritor francés Jean Cocteau dedicada al artista malagueño. Los responsables de esta edición son Luis Martínez de Merlo y Antonio Jiménez Millán.
En este volumen reúne Oda a Picasso (1919) se ha encargado de la nota preliminar y traducción el poeta y traductor Luis Martínez de Merlo, sobre el texto explica en el volumen: “Cocteau, en el poema que introducen estas palabras, sin duda obsesionado por la Página en Blanco llena de prohibiciones sobre la que Mallarmé había arrojados sus dados azorosos, como un montón de varas de ajedrea, igualmente azarozas, pero acaso igualmente oraculares, arroja del mismo modo sus imágenes,fragmentos del espejo cóncavo, sobre sus páginas -menos hieráticas, sin embargo, menos enfáticas que las del maestro : así, sans façon, que diría la madame como quien tira piedrecillas a los estanques de sus ninfas, en una especie de salpicaduras, de eyaculación, tal vez precoz, produciendo sobre la superficie una miríada de gotas rotas de mercurio, o de manchas, que de igual modo piden ser desveladas y desvelarnos.”
De la versión, prólogo y notas de Picasso (1923), el responsable ha sido el poeta y traductor Antonio Jiménez Millán. “Jean Cocteau había pronunciado una conferencia sobre Picasso en Bruselas el 18 de diciembre de 1919. Decía en ella ‘Desde hace unos años, un artista prodigiosamente dotado cambiaba la faz de las cosas. Renunciaba a las alegrías del azar, de lo recargado, de las niñerías, de lo decorativo, e inventaba disciplinas nuevas. Ennoblecía el arte de pintar prescindiendo de los encantos secundarios de la anécdota. Inventaba metáforas visuales. En torno de él, los pintores vuelven a encontrar el potente trabajo del clasicismo”. escribe Jiménez Millán en el prólogo.
Continúa diciendo que Cocteau empieza su libro de 1923 distanciandose de las pretensiones teóricas de la crítica de arte moderna, un defecto al que también aludía en Le Secret prodessionnel:ni Bergon, ni Freud, ni Einstein (eso no le evita algún enredo teórico, como el que surge de las extrañas comparación entre Mallarmé y Picasso:la conclusión final es que los dos han abierto camino a los genios enciernes”.