Andalucía, España.- El Centro de Arte Contemporáneo (CAC) Málaga presenta treinta obras del artista Adrian Ghenie, quien por primera vez se presenta en un museo español. La exposición del artista rumano se compone de diversos formatos de pintura. Entre los temas recurrentes para el artista son los acontecimientos significativos de la historia reciente, concretamente aquellos que hacen referencia a episodios conflictivos del siglo XX, como son la II Guerra Mundial o la Guerra Fría. Además aparecen personajes destacados que, con sus acciones, han cambiado de alguna manera el curso de la historia, aunque no sólo en el plano político, también en la ciencia o en el arte. Además del cine de suspense o las comedias slapstick, otras fuentes de inspiración del artista son los archivos, documentales y libros históricos.
Visitar la exposición es un gozo y uno se enfrenta a la historia con el punto crítico del artista, quien empezó su trabajo a partir de imágenes icónicas post-pop.
Curador de la exposición y director del CAC, Fernando Francés, expresa en el catálogo, expreso para la exposición sobre el artista rumano nacido en Baia Mare en el año 1977: “Adrian Ghenie es un pintor que sabe cómo se puede crear el suspense, cómo dirigir la escena y también, cómo se consigue provocar en el espectador, esa mezcla mágica de desasosiego y expectación que tantos artistas desean y sólo unos pocos conocen.
Ghenie utiliza magistralmente estos códigos, muy cercanos a los efectos que se pueden ver en el séptimo arte. Se esfuerza en dejar rastros de incertidumbre, interrogantes en el ambiente e incógnitas sin resolver. Lo que se puede sentir ante su pintura es algo parecido a la sensación de ser el actor secundario de un thriller, con unos guiones y localizaciones muy cuidados, casi diseñados con la intención de introducir lentamente al espectador en la historia, dejándose atrapar en cada gesto. Y el espectador es actor secundario porque el papel principal está reservado a personajes que son iconos de la historia contemporánea. Protagonistas que han cambiado por sus actos el ritmo y la velocidad de la historia, la ciencia y el arte y que han conseguido en repetidas ocasiones despertar la sorpresa siempre desde el pensamiento no desde el efecto. Hablamos de algo parecido al misterio y suspense que el espectador ha padecido en North by Northwest (1959) o Psicosis (1960) de Hitchcock, o en la popular serie Twin Peaks (1990) de Lynch, dos de los realizadores que son referentes para el pintor”.
El entusiasmo por la obra de Ghenie contagia Francés e invita a descubrir un complejo e intelectual laberinto de tortuosos caminos, en los que, cada esquina, oculta una sorpresa o un detalle inusual que añade carga emocional a una atmósfera en absoluto serena.
Indica el especialista que “lo hace apelando a sentimientos y recuerdos autobiográficos, a códigos que son inherentes a todo ser humano y que forman parte notable de la memoria colectiva. En la mayor parte de su obra hay un impacto sensorial e intelectual que va más lejos del estrictamente visual. Las figuras y retratos de personajes conocidos y reconocibles, muestran un lado oscuro. Son rostros que están intencionalmente deformados o en ocasiones superpuestos a otros como buscando la creación de un nuevo personaje al más célebre estilo shelleyriano, pero desde la cordura más intelectual imaginable. No es la conciencia del espectador la que juega una broma macabra ni el experimento de un científico loco, sino la actitud del artista que coquetea con la creación. como un Prometeo del siglo XXI”.
En el recorrido por la sala se percibe una forma diferente de personajes, que son estereotipos de una época, conocidos por todos, pero que son presentados con el rostro deformado, sólo con unos pocos rasgos perceptibles que ayudan a que sean identificados. Adolf Hitler (Untiled, 2011), Charles Darwin o Vincent Van Gogh (Self- Portrait as Vincent Van Gogh 3, 2014) son los protagonistas de sus pinturas. En otros trabajos, Ghenie recrea momentos históricos como el entierro de personalidades (Duchamp’s Funerals II, 2009 o Stalin’s Tomb, 2006) o escenas de sus vidas (Charles Darwin at the Age of 75, 2014) Las vivencias personales y autobiográficas están impresas en su obra. Al deformar estos personajes, el artista intenta trasladar cómo ha vivido desde su juventud en Rumanía los últimos cambios trascendentales para la evolución en diferentes campos, como son el político, científico o artístico. Para el artista, en determinadas ocasiones es necesario volver al pasado para entender el presente.
La combinación de imágenes reales tomadas de fotografías documentales, junto con sus experiencias personales, forman un collage mental que conforman el punto de partida para el artista. El cambio político que vivió Europa a mediados del siglo XX, con el principio y fin del nazismo, la caída del comunismo, los bombardeos y la destrucción de las ciudades y la intensa propaganda de aquella época dieron como resultado una sociedad con unas experiencias y perspectivas muy diferentes a las del resto de etapas históricas. Con pinceladas psicoanalíticas, Ghenie intenta reconstruir en sus pinturas estas vivencias para comprender mejor todos los cambios posteriores.