El cantautor cubano Silvio Rodríguez se presentó en un magnífico concierto en el Auditorio Nacional, como parte de la serie de recitales que ofrecerá por nuestro país. Esta noche culmina su segunda actuación en la ciudad de México.
Por Carmen Esquivel
Silvio Rodríguez se presentó en la ciudad de México como parte de la serie de conciertos que ofrecerá en distintas plazas del país. Esta es la primera de dos noches en que el Auditorio Nacional albergará al cantautor cubano.
Abarrotado el coloso de Reforma, con un público adulto, mayor a los cuarenta años y fue precisamente cuando el lugar se encontraba casi en su máxima capacidad, que puntualmente el artista sale al escenario. Las luces se apagan y en una ovación de pie fue recibido Silvio Rodríguez, quien tranquilo y contento se mostró ante el público mexicano. La tranquilidad se respiraba, emanó un ambiente de alegría y muy buena vibra. El público no se hizo esperar, cantó con él y le asentaban el cariño y respeto por su persona y su música.
Él se dirigió elocuente al respetable, advirtió que interpretaría canciones de amor para esta noche, temas de muchos años, que escribió para las personas como los ahí presentes, que aman.
La trova y la rumba inundan el inmueble y a los asistentes se les notó entregados también, cantando y ovacionando a uno de los más grandes artistas y más sencillos que ofrezca el mundo, es cálido y amoroso.
El compositor interpreta “Carta a Violeta Parra”, incluida en su más reciente producción discográfica Segunda Cita. Hablador como el mismo se dice, le cuenta al público que ya se le olvidan los nombres de las canciones, pero aclara que no es por la cantidad de años que tiene, si no por la cantidad de discos que ha grabado a lo largo de toda su carrera.
Las letras de protesta cantadas con el corazón y la tranquilidad de que su música ha cumplido abriendo brecha y conciencia en América Latina. Canción tras canción son coreadas por un público conocedor de la carrera de Silvio Rodríguez; él se mostró emocionado y sólo agradece. Se aleja del escenario y deja que el Trio Trovarroco deleite a los espectadores con un grandioso tributo a Compay Segundo.
El amor y admiración de sus seguidores es tanto que es constantemente interrumpido y pide que la siguiente pieza no sea interrumpida, ni con gritos, ni aplausos, pide al público que aguante, que no haga ruido, que respeten y escuchen la pieza de jazz que interpretará. Durante más de quince minutos el ensamble; se llama “Canciones de Desamor, Exposición para una Mujer con Sombrero”, son pocos son los que gritan y aplauden, la mayoría escuchó con atención la pieza. Agradece la atención y respeto, se despide y la ovación no se hace esperar, él regresa para ofrecer media hora más de recital.
“Ojalá”, una de las canciones más reconocidas en su carrera, coreada por todos, emociona a muchos, se despide en tres ocasiones; dos horas y media después se despide con una sonrisa en la cara y la satisfacción, fue un simple gracias; el público quiere más, pero esta vez no regresa, fue todo.
Un concierto emotivo. Una noche donde Silvio Rodríguez enamora con esas canciones de amor, desamor y rebeldía, con letras que llenan el espíritu. Los músicos que lo acompañan son Niurka González, en la flauta y clarinete; Oliver Valdés, en la batería; Jorge Reyes, en el contrabajo; Jorge Aragón, al piano; Emilio Vega, en el vibráfono y percusiones y el Trío Trovarroco.
Esta noche Silvio Rodríguez ofrece el segundo recital en la ciudad de México para partir a otras ciudades del país.