El día llegó. Sí, el día en que la unión de dos máquinas compartieran el escenario en una extraordinaria fusión. Skid Row, una banda que no ha tenido suerte con la parte frontal, pero que sin embargo, las composiciones líricas y musicales han dejado muestra de quiénes son los creativos y por otro, la voz de una indiscutible verdadera frontwoman, Lzzy Hale, de Halestorm.
La expectativa creció inesperadamente cuando fueron anunciadas las cuatro fechas que esta dupla compartiría en lo que aún es parte de la gira The Gang’s All Here, mismas que por motivos de salud, Erik Grönwall no pudiera completar.
Esta noche una verdadera máquina demoledora invadió el escenario del Walker’s Bluff Casino Resort, en Carterville, Illinois. Skid Row presente con toda la furia que han demostrado a lo largo de treinta y cinco años, en los cuales sin duda, hoy demuestran con creces.
Una breve introducción de The Ramones para dar paso con un tema dominado por Lzzy Hale, ‘Slave To The Grind’, permitiéndole sentirse cómoda y pisar firmemente el escenario. No podrían haber iniciado mejor para demostrar que este sería el quinteto ideal para varios años. La energía de la vocalista de Halestorm ha quedado demostrada y hoy con la experiencia de los radicados en Tennessee, queda más que demostrado.
Paso a paso el escenario era una cómoda estancia para todos, las miradas comunicativas no faltaron para reforzar la seguridad en cada tema, vinieron varios que de hecho ya no eran interpretados como ‘The Threat’, una de las canciones más potentes. ‘Makin’ A Mess’, otra furia demoledora seguida de la tranquilidad pero no por eso menos pesada power ballad ’18 And Life’ y los cañonazos volvieron a surgir con ‘Big Guns’, ‘Piece of Me’ y ‘Time Bomb’, esta última, de su más reciente producción que da nombre al tour.
Sin duda, no fueron los éxitos los que marcaron esta noche porque ‘Quicksand Jesus’ había quedado atrás en varios conciertos y qué decir de ‘Livin’ On A Chain Gang’, otra de las grandes sorpresas.
Un nuevo arrumaco con ‘I Remember You’ sólo para denotar que no se canta con suavidad, si no con sentimiento, con pasión y así lo hizo la vocalista. Por su parte, cada uno de los músicos venía inspirado, reforzados con esta valiente decisión de “lo tomas o lo dejas”; las percusiones de Rob Hammersmith resonaron en el lugar junto con la maestría de uno de los líderes, el más rítmico, poderoso, callejero; si, Rachel Bolan, quien hizo resonar el pecho de cada uno de los asistentes con cada nota y en las partes solistas.
Las guitarras son una parte igual de importante en manos de Dave Sabo y Scotti Hill, quienes mostraron cada segundo su afecto por la cantante, por hacerlos sonar y disfrutar como nunca. Vino entonces el único cover de la noche ‘Psycho Therapy’, que marcó la entrada perfecta para el tema que da título a la gira ‘The Gang’s All Here’. Dos interpretaciones más antes de la primera despedida; si, igual de potentes ‘Psycho Love’ y ‘Monkey Business’. El público agradeció cada momento, coreó con el corazón, no sólo una, todas las canciones interpretadas, como pocas veces se ha notado.
Esto es Skid Row, esto es el verdadero sonido de la banda originaria de New Jersey, quien no lo pensó mucho para regresar al escenario y dejar enterrada la bandera de las cinco estrellas e izada en todo lo alto con ‘Riot Act’, con ese ritmo frenético punk emulando a los mencionados en la introducción y finalmente despedirse con ‘Youth Gone Wild’, para la cual invitaron a Joe Hottinger, pareja de Lzzy y guitarrista de su banda.
La voz desgarrada de los asistentes valió la pena al estar en este concierto; aún faltan tres y posiblemente se acumulen más o vengan sorpresas a mediano plazo.
Fechas
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