El ambiente sonidero de México está de festejo y junto con el aniversario del Sonido Sensación Caney, quienes celebran treinta años, se rinde homenaje a sus compañeros más reconocidos en nuestro país. Se presentan el viernes 30 de mayo en Ciudad Deportiva junto con La Changa, Sonorámico, Sonido Cóndor y La conga.
Por Redacción Wildside
El ambiente sonidero está de plácemes con el anuncio de la celebración del vigésimo tercer aniversario del Sonido Sensación Caney dirigido por Eduardo Soto, en el cual además de homenajear a los consorcios sonideros más relevantes de la capital mexicana y el área conurbada, permitirá el retorno a los grandes recintos de los históricos bailes que evocarán nostalgia a más de uno. Porque ahí, en Ciudad Deportiva, se grabaron páginas llenas de gloria para la historia del movimiento sonidero en las décadas pasadas. Es así que el próximo viernes 30 de Mayo se llevará a cabo una celebración en la que además del festejado se incluyen las presentaciones de Sonido La Changa dirigido por Ramón Rojo, Arnulfo Aguilar de Sonido Cóndor, Pedro Perea de la Conga, Raúl López de Sonorámico y el Sonido Siboney de Mario Alberto Linares que en punto de las siete de la noche se darán cita con toda su audiencia en las puertas 5 y 6 de la Ciudad Deportiva.
Sonidero es un término utilizado en México para designar al animador, propietario de equipos de audio y programador de temas musicales de extracto popular que realizan eventos bailables tanto en exteriores como en interiores de inmuebles, en otras palabras, es una variante de un DJ que se caracterizan por estar mandando saludos durante todo el evento y se especializan en la música tropical, salsa y otros ritmos latinos. Su principal escenario es la calle. Aunque el término Sonidero es un término genérico, no existe como tal un autoría de quien definió el término que se considera de dominio popular para definir a ésta persona y de éste modo el término fue adoptado masivamente alrededor de los años setenta, originalmente se les llamaba tocadiscos.
Los orígenes se remontan a décadas atrás, en diversos y populosos barrios del Distrito Federal, donde era muy gustada la música de todos los géneros nacionales y mundiales, pero particularmente, había una inclinación hacia la llamada “música tropical” que se había enraizado en el país debido a la incursión de la música proveniente de la isla de Cuba desde mediados de los años treinta a través del puerto del estado mexicano de Veracruz y que se consolidaría en los años cuarenta y cincuenta a través del cine mexicano de la época mediante el género cinematrográfico llamado “Cine de Rumberas”, la cual tenía como principal estrella a la cubana Ninón Sevilla, y es durante esa década que se consolida junto con el género Rumba junto con otros ritmos musicales cubanos como el Son montuno, Guaguancó, Danzón, Mambo, etcétera, y algunos otros mezclados con los mexicanos, como los “boleros tropicales”. Éstos, aparte de conocerse a través de la cinematografía mexicana que reflejaba el ambiente de los cabarets de media noche de la capital mexicana con música tropical, también era escuchada por las audiencias a través de la radio local, por lo que la mayor parte de la población de la capital que en su mayor parte era de extracto popular, asimila la música tropical proveniente de Cuba como música para convivencias sociales y bailables en las plazas y kioskos, pero en dicha época eran musicalizada por orquestas en vivo al no tener equipos fonográficos ni de reproducción de audio de ningún tipo.
Hacia 1950, la poderosa empresa fonográfica Discos Peerless, afianza la comercialización de música de todos los géneros mediante LP, la desventaja de la época era que los fonógrafos eran muy costosos y no estaban al alcance de las clases populares, por lo que generalmente los extractos medio-altos eran los únicos que podrían tener una amplia colección de vinilos, mientras tanto en el radio aún se escuchaba el catálogo de todos los géneros incluyendo la tropical, mediante los altavoces de tiendas de venta de electrodomésticos. Ése punto daría pie a una transformación de la convivencia en los barrios populares.
Observando esto, es como se comienza poco a poco a gestar la idea de amenizar bailes, fiestas y eventos con aparatos amplificadores y música grabada por diversas personas en la época, por lo cual no existe un dato confiable de quién lo inicia, pero un par de barrios de la Ciudad de México se distinguirían con ésta característica como precursores de éste fenómeno, Tepito y el Peñón de los Baños. El Peñón de los Baños es un barrio populoso de la capital de México y se distingue preponderantemente por la escucha de todo tipo de música tropical, tanto que fue aludido con la frase en voz del fallecido colombiano Lucho Argaín, “en Tepito y en el Peñón de los Baños, con el Cucu de la Sonora Dinamita” en el tema clásico “El cucu”, una Cumbia combinada con Swing en algunas partes, indicando la importancia junto con Tepito de ser la meca de las exposiciones de grabaciones traídas del sur del continente.
Los hermanos Perea, originarios del Barrio Peñón de los Baños, en la periferia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, formaron un “Disco móvil” ó “sonido” cada uno, “Fascinación” y “Arcoiris”, con los cuales exponían LP´s de diversos ritmos tropicales de grabaciones realizadas en el Caribe y Sudamérica principalmente, y que sería el detonante para la aparición de otros “sonideros” en el mismo lugar. Los sonidos mencionados son los primeros en México en desarrollar esta actividad, tal como lo atestiguan los historiadores de esta colonia. posteriormente se extiende a otros barrios de la capital. Sobre todo la zona Oriente, Sonido “Tirzo” en Pistas de San Miguel Teotongo y por supuesto Ciudad Netzahualcoyotl, donde los pioneros tuvieron su competencia más fuerte: “Sonido Cache”, “Sonido Guarapera”, “Perla Antillana” y “Estrellas Kalú” que amenizaban en salones como el FBI, Comite 50, Comite 14 y Salón Los Muñecos.
Conforme avanzan los años, se encuentran como espacios de esparcimiento y baile las llamadas “Discotecas” que estaban instaladas en lugares cerrados y exclusivos, su creación fue reflejo de la música disco donde acudían personas de estrato social medio y alto. Alternativamente se crean los “Hoyos Funky” para las personas en su mayoría de extracto popular que enmedio de la euforia disco, aún escuchaban Rock y los principios del Punk y Heavy Metal. Por otra parte, los que quedaban fuera de estos espacios tenían como alternativa a los sonideros, que llevaban su música a los barrios populares marginados, con sus “Disco móvil” con música que gustaba más a ése estrato popular, ésto también debido en parte a la complejidad económica de mantener un local fijo y cerrado para albergar eventos de éste tipo, así para las “Disco móvil” era mucho más práctico realizar una “tardeada” instalando lo necesario para emular una “Discoteque” y desinstalarla al finalizar que mantenerla fija incrementando costos, lo que le dió la flexiblilidad de ser nómadas y no dejar a ningún barrio de la capital sin espacios de esparcimiento para los sectores populares.
Derivado de éste fenómeno, hay empresas que comienzan a asimilar éste fenómeno y a interesarse en explotarlo, una de éstas fue la extinta Discos Peerless, la cual comienza a editar LP´s alusivos a los sonideros hacia mediados de los años 70’s, algunos de estos fueron los titulados “Disco de oro para equipos de sonido” de 1977, que contenían diversas agrupaciones colombianas exitosas de la época en su contenido. Así pues, los sonideros son los autoencargados de difundir en el país el más amplio catálogo continental de disqueras mexicanas como Discos Peerless y Discos Musart, así como de las colombianas Discos Victoria, Industrias Sonolux y Discos Fuentes, de Venezuela con Discos Dark y Palacio de la música, también de las peruanas Discos El Virrey, Infopesa, Sono Radio, ó Discos Fénix y Discos Aguilar del Ecuador, y las argentinas Leader Music y CBS Argentina. Los sonideros a través de Discos Peerless también obtuvieron reconocimientos de discográficas extranjeras como Discos Fuentes de Colombia por su trabajos de difusión musical. Los sonidos más reconocidos que poseen éstos galardones son los conocidos como “Sonido la Changa”, “Sonido Rolas”, “Sonido Arcoiris”, “Sonido Fascinación”, entre algunos otros.
Proliferan bailes masivos al margen de las bocinas de los homenajeados en el evento de Ciudad Deportiva el próximo 30 de Mayo, tal como sucedió en el Hollywood Palladium de La ciudad de Los Ángeles en el cual se presentan por primera vez en dicho país Ramón Rojo del “Sonido La Changa” y Gerardo Chavarria del “Sonido Perla Antillana”, siendo un evento de localidades agotadas en solo un par de días, cerrando sus puertas con una asistencia mayor a las 7,000 personas.
La curiosidad lo convirtió en sonidero y una radionovela lo transformó en La Changa. Su nombre es Ramón Rojo. Cuarenta años después de haber seguido sus instintos de fiesta, es considerado como toda una leyenda del género que, inspirado en la música cubana y colombiana, se desarrolló en México y ahora impulsa la invasión musical a Estados Unidos. La Changa nace en 1968, en el año de las Olimpiadas en México, con un amplificador de bulbos marca Radson, una trompeta y 20 discos de la Sonora Matancera con la señora Celia Cruz. Con el paso de los años se ha convertido en una institución universal que ha sabido trascender al género.
Los inicios de Sonido Cóndor fueron en 1980, donde logró éxitos constantes que llevaron a la familia Aguilar a tocar los siete días de la semana, y todos los bailes registraban un lleno absoluto, lo que le llevó rápidamente a ganar su primer disco de oro de manos de Discos Peerless en 1981. Para 1982 era tanta la popularidad de Sonido Cóndor que comenzó a tener su propio club de admiradores. Primero para cualquier sonido. A partir de eso Condor ha ejemplificado el trabajo y al constancia que lo ha mantenido en un pedestal que se niega a dejar vacío.
Su nombre completo es Pedro Perea Torres y es propietario del Sonido La Conga, originario del Peñon de los Baños. Pedro proviene de una familia sonidera por tradición en aquellos años, sin más eran los fundadores de Sonido Arcoiris y Fascinación. Decidido a labrarse una carrera por sí mismo, asume el control momentáneo de Sonido Arcoiris pero pasa poco tiempo antes que su convicción le haga enfundarse en el proyecto del Sonido Conga, por una fusión de los nombres de otros sonideros que le encantaban: “CON”dor y chan”GA”. Como La Conga asume un exito increíble que lo lleva a ser un auténtico estandarte del movimiento sonidero en los años sucesivos.
Sonorámico surge en la Colonia Impulsora a finales de los años setenta por los hermanos Manuel y Raúl López y desde un principio se convirtieron en una máquina de éxitos gracias que sus fundadores decidieron recorrer el continente comprando y buscando discos en tiempos en que era muy difícil ubicarlos. Es así que las primeras luces de la música mundial se dieron de la mano de este proyecto que a sus más de 36 años tiene aún una brillante historia que seguir contando. Siboney dirigido por Mario Alberto Linares lleva 30 años en el movimiento sonidero y es otro de los históricos del género. Todos ellos de la mano para celebrar los 23 años de una auténtica revelación en los sonidos en México, el Sensación Caney de Eduardo Soto, en una fiesta que durará toda la noche en aras de seguir escribiendo una historia rica en anécdotas que son pate de la vida de miles de capitalinos por más de cuatro generaciones.
Este viernes 30 de Mayo se llevará a cabo el festejo por los 23 años de vida del Sonido Sensación Caney en la que además del festejado se incluyen las presentaciones del Sonido La Changa dirigido por Ramón Rojo, Arnulfo Aguilar de Sonido Cóndor, Pedro Perea de la Conga, Raúl López de Sonorámico y el Sonido Siboney de Mario Alberto Linares, en la ciudad Deportiva.