Se presentó en el Plaza Condesa, uno de los más excéntricos guitarristas y de mayor nivel en su instrumento, Devin Townsend, quien en esta su primera y única presentación en nuestro país, dejó satisfechos a los aproximadamente 300 asistentes.
Por Manuel Sánchez / Fotos de Archivo
El pasado viernes 12 de abril, en el Plaza Condesa, se dieron cita unos trescientos privilegiados y verdaderos conocedores que fueron testigos del gran show que tenía preparado el genio contemporáneo de la guitarra, Devin Townsend.
Este abrió con algo de Ziltoid TV su característica mascota que nos entretuvo durante poco más de media hora con una miscelánea de bloopers, cortes bizarros al ritmo de música electrónica, canciones del gato-abeja que a todos provocó una carcajada, entre otras imágenes sin otro fin más, que entretener y ser dignas de haberse visto bajo la influencia de algún “cigarrito feliz”.
De pronto tomó el escenario el canadiense y compañía para hacer lo propio, abriendo su show con “Truth” de su disco Infinity. Entonces inició el agasajo auditivo, donde el carismático Townsend conectó de inmediato con el público y se mostró muy contento de estar por primera vez en México.
La producción fue de primer nivel, desde el inicio se sentía el poder de la batería en conjunto con la banda, se disfrutaba de un show excelso, donde dio un recorrido por la mayoría de sus producciones; principalmente temas de Infinity, Physicist, Terria, Accelerated Evolution y Addicted.
Se escucharon “Regulator”, “ZTO”, “Supercrush” “Juular” y “Grace”. La sorpresa para todos fue el momento donde dejó sonar el clásico “Love?” de su paso por Strapping Young Lad, siendo el momento clímax de la noche sin duda.
Luego de esto vino un encore, para cerrar con “Earth Day “ y “Bad Devil”. Una noche inolvidable para los asistentes. Hay que destacar que al fondo del escenario hubo un despliegue de imágenes que acompañaban la música y era la perfecta manera de conjugarla con lo visual, para empatar con la conexión que hacía la banda en vivo con los presentes.
Faltó la presencia de Anneke (al menos se escuchó sampleada), quien estuvo en el mismo recinto una semana antes, para haber completado ese escape a otra dimensión musical.
Aquellos que no asistieron, se perdieron de un gran derroche de talento, genialidad y mucho punch. Devin deja un gran sabor de boca donde al cierre del evento sales con el pensamiento que él mismo profesa: Ríe, Ama, Vive y Aprende.
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