El festival más importante de teatro en Málaga, en su XXXII Edición, trata, con Els Joglars, el tema de la educación, un punto muy importante en la actualidad.
Málaga, España.- El XXXII Festival de Teatro ha iniciado con éxito. Hay diversas compañías que ofrecen textos de dramaturgos clásicos y modernos. Entre éstas que se han presentado y son referente del teatro español, se encuentra Els Joglars.
Con el título de VIP, la compañía hace una crítica de la realidad educativa y reproductiva que vive España. Protegemos la infancia pero, ¿quién nos protege a nosotros de ella?
En casi dos horas muestran la deificación de los niños que es justo el reverso de lo que sucedía en épocas pasadas. Ramón Fontseré, quien actúa y dirige,Pilar Saénz, Dolores Tuneu, Xavi Sais y Xevi Vilá dan vida a decenas de personajes, donde el espectador se ve reflejado.
El trabajo actoral es fresco y detalla cada una de las reacciones de sus personajes que van desde el feto hasta el adulto, siempre alrededor de la educación y el encanto de la procreación que puede volverse en dolor de cabeza.
“Hemos pasado de una época y una educación muy negras al otro extremo. Nos hemos pasado tres pueblos”, comentó la intérprete Dolors Tuneu al respecto del fondo tratado por VIP. Su autor, Ramón Fontseré, describe la obra como “una reflexión sobre sí tanto cariño y sobre protección a los niños, aunque parta de una buena intención, no está incubando un nuevo monstruo, un pequeño tirano”. Para ahondar en ello, Els Joglars se apoyan en una escenografía mínima que potencia el trabajo del actor y su capacidad de tocar la fibra del espectador: “Sin provocación no hay arte”, aseguró Fontseré; “más que hablando de la obra, el público sale de la función hablando del tema, de si su relación con sus hijos es parecida o no a lo que contamos en ella”, puntualizó Dolors.
VIP es puesta que invita a la reflexión sobre lo peligrosas que son las actitudes bien intencionadas de los papás respecto a unos niños que mandan hoy más que cualquier autoridad y los padres son manejados como títeres y están dejando una infancia que no tiene límites y está sobreprotegida y mimada.
La producción es sencilla el escenario vemos elementos austeros una rueda blanca tumbada sobre el suelo que va dando paso a los distintos personajes que nos muestran el mundo infantil basado en la fantasía, surrealismo, sentido lúdico y compañerismo entre otros aspectos psicologicos. Es un espacio de juego y no realista que permite pasar de una escena a otra con la ayuda de la iluminación que contextualiza el texto en clave humorística, Els Joglars advierten del riesgo y lo hacen con sus habituales recursos mímicos y escénicos. La escenografía minimalista cobija la comedia en la que introduce los timbales, que dan el ambiente musical y la solemnidad que lleva a la parodia.
El tema es interesante y sin duda todo el que la ve se identifica, debido que siempre hay un infante cerca de uno. Para los actores, quienes no tienen hijos expresan su preocupación al ver las actitudes que toman los recientes padres de familia al considerar que todo lo que deben hacer es ofrecer regalos y no negar nada a sus hijos.
“Los que mandan en las casa son los hijos, aún cuando tengan entre 9 meses o cinco años. No los limitan con tal de que el infante no llore, éstos se convierten en los que determinan que deben comprar y donde se puede ir”.
“Los que mandan en las casa son los hijos, aún cuando tengan entre 9 meses o cinco años. No los limitan con tal de que el infante no llore, éstos se convierten en los que determinan que deben comprar y donde se puede ir”.
El público sale de la función en silencio, otros haciendo algunos comentarios sobre la educación de sus hijos y negando o dando razón a la obra que acaban de ver. Algunos otros expresando que es una obra larga que bien podría resumirse en menos tiempo. Pero sin duda el tema los cautiva y los hace reflexionar.