Reikiavik y Páncreas se presentan con gran éxito en el marco del XXXIII Festival de Teatro en Málaga. Historias de gran interés se desarrollan en la jornada de hoy, ligadas a personajes históricos y comedia trágica. Dos temas diferentes con la misma característica, el trío de ases.
Por M. Esther BELTRÁN / Fotos de Sergio Parra
Andalucía, España.- En el marco del 33 Festival de Teatro de Málaga se presentan dos obras de muy buena hechura. Una historia que nos lleva a la destreza del ajedrez y a la vida de dos personajes históricos es el argumento de Reikiavik. Mientras que Páncreas ofrece una comedia trágica escrita en verso. En ella se muestra hasta donde se puede llegar por la amistad. Dos temas distintos pero tienen una característica ambas obras; cuenta con un trío de ases.
Los protagonistas de ambas historias ofrecen una magnífica actuación. Cada uno entrega al espectador su mejor trabajo lo cual es agradecido y reciben varios minutos de ovación y aplausos.
Las dos puestas triunfan en el XXXIII Festival de Teatro.
Reikiavik es una obra sobre el ajedrez – explica su autor- ese arte que, como la vida misma, se basas en la memoria y la imaginación. Es una obra sobre la Guerra Fría. Y es una obra sobre hombres que viven las vidas de otros.
Un parque es el escenario donde se encuentran tres hombres: Bailén, Waterloo y el muchacho. personificados por César Sarachu, Daniel Albaladejo y Elena Rayos.
La producción es mínima y durante la historia una banca se convierte en la banca de encuentro, la mesa de ajedrez y hasta el dormitorio de los personajes. La iluminación juega papel importante da la pauta para el cambio de escena y llevar al espectador por diversos escenarios siendo Reikiavik, capital y ciudad de Islandia, un punto de referencia central de la historia , debido que fue la sede donde se jugó una de las partidas más importantes durante la guerra fría entre un jugador norteamericano y un ruso. Siendo noticia en plena guerra fría. Trata el comunismo y el capitalismo. Vemos la vida de dos hombres que lucharon por ser los mejores, Fischer y Spasski . Vemos su vida y sus conflictos que tenían con sus padres, con sus hijos, con sus parejas. Además de las presiones políticas de sus países causa que desbordó a Fischer y Spasski, respectivamente un “impolítico que no tenía otro interés que sí mismo y un melancólico y vividor no precisamente un peón del sistema soviético”. Ambos acabaron exiliados, por lo que la obra habla también “de cómo las figuras públicas, y en particular los deportistas, son manipulados y convertidos en símbolos de causas que a ellos les son ajenas” enfatiza Juan Mayorga, apasionado del ajedrez y de la vida de estos personajes.
El trabajo de Mayorga es muy bien logrado, traslada su gusto por este juego y resalta la vida de estos personajes que para la mayoría es desconocida y para los conocedores disfrutan.
Páncreas es una obra que complica ubicarla, debido que tiene comedia trágica, pero también tiene toques de comedia farsa o negra. La historia se desarrolla en el interior de una casa donde tres amigos se dan cita. Nos encontramos en principio con un prólogo donde conocemos a: Raúl, César y Javilo. Y nos enteramos que este trío ha estado en atención psiquiátrica.
Juan Carlos Rubio director de la obra señala que a golpe de confesión nos sirven un fresco sobre la condición humana, sus bajezas y grandezas.
Nos encontramos frente a frente con tres amigos que narran su historia y como los envuelve la amistad y los lleva a buscar lo mejor para cada uno, según sus anhelos; sin saber, cuál es el pensamiento de cada uno.
El vestuario me remitió al cuadro El hijo del hombre de René Magritte. Vemos en escena a tres hombres misteriosos que lucen sombrero y sacos en color obscuro protagonizados por los actores: Fernando Cayo, Alfonso Lara y José Pedro Carrión.
Rubio comenta que Páncreas es un título corto, críptico y anatómico. “Empezaré por la anatomía. Busco en el diccionario y me entero de que es un órgano impar que ocupa una posición profunda en el abdomen, por detrás del estómago y que, dado que es muy difícil de palpar, sus procesos tumorales tardan en ser diagnosticados. Vaya, parece que el misterio acompaña a este proyecto. Estoy igual que al principio. Pero he aquí que me tropiezo con el subtítulo de la pieza: ‘Tragicomedia de vida y muerte o como juega a veces la suerte’. ¿Páncreas es tragedia, comedia, vida, muerte, juego y suerte? Eso es apuntar muy alto. Veamos. Leo el texto. No. Devoró el texto. Y compruebo que es cierto: no falta de nada en esta disparatada y divertida historia de tres amigos, número impar también, como nuestro esquivo órgano segregador de insulina, glucagón y somatostatina. Solo que aquí los segregados son Juan, Pablo y Javi”.
Es una obra que nos envuelve en un delicioso verso. Los actores hacen gala del vocabulario y dan vida a sus frases con soltura y gracia. Nos enfrentan a diversas situaciones, nos envuelven en su existencia y nos hacen cómplices de sus desgracias.
Páncreas es una obra que se disfruta y se goza, se ríe y se sorprende uno. Sin duda una buena obra a la altura de este festival.
