Por M. Esther BELTRÁN
Málaga, España.- Energía, belleza y experiencia es lo que emana Medea protagonizada por la actriz y cantante, Ana Belén. Su trabajo es gratificado por el público quien se pone de pie y le da ovaciones por varios minutos.
Ana Belén da vida al personaje mítico del mundo clásico que nos lleva a ver a una hechicera y vengativa mujer que sufre de amor y deja a un lado la maternidad por complacer su deseo de dar dolor a lo que más ama.
Ana Belén da vida al personaje mítico del mundo clásico que nos lleva a ver a una hechicera y vengativa mujer que sufre de amor y deja a un lado la maternidad por complacer su deseo de dar dolor a lo que más ama.
En el marco del XXXIII Festival de Teatro de Málaga, llega de la 61 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida esta producción. El escritor y dramaturgo Vicente Molina Foix reescribe la historia de la princesa hechicera usando como molde argumental los procedentes de Eurípides, Séneca. Apolonio de Rodas y Ovidio en un montaje que encabeza extraordinariamente Ana Belén.
El director es José Carlos Plaza quien ha trabajado anteriormente con Belén y sin duda alguna el diálogo que hay entre la actriz y él es inminente. La experiencia que tienen en teatro clásico fueron Fedra en el 2007 y Electra en el 2012.
Ahora en una gran puesta en escena Plaza presenta una producción que capta la atención del público y lo lleva a los sueños y a la ira de la Naturaleza.
Vemos la historia de una mujer que tras sentirse traicionada por su pueblo y por su marido, Jasón llega, al extremo de matar a sus propios hijos para vengarse. Medea llega a nosotros con un mito del desequilibrio. En esta puesta en escena Plaza plantea los valores occidentales y muestra el mundo femenino y el masculino.
“Medea existe en un mundo primitivo donde las grandes respuestas cuyas preguntas aún ni siquiera han sido formuladas; donde el humano vive entre sus instintos y sus pasiones: nacer, engendrar y morir. Un mundo que cree y se sustenta en rituales, la mayoría sangrientos -que suplen la ausencia del pensamiento, amparan al miedo que produce el desconocimiento y la ignorancia sobre tantos y tantos porqués. ¿Por qué la noche?, ¿Y el firmamento? o la muerte…
El mundo de Medea es un mundo oscuro, esotérico, mágico donde la sangre es el elemento generador de vida. De ahí los rituales cruentos de jóvenes cuyo sacrificio, cuya sangre sirva de alimento a la tierra que creará los frutos que alimentan a otros jóvenes: Un ciclo vital y en ese ciclo Medea es la hechicera, el sacerdote oficiador en este mundo oscuro de la Cólquida.
Otro mundo aparece, el mundo viril de Jasón. El contacto se produce y Medea –dejando salir esa dimensión de mujer, encubierta y reprimida por occidente y apropiándose de los derechos sexuales y la acción agresiva y violenta que siempre ha ocupado el hombre– renuncia a su raíces, a su familia y hasta a ella misma. Sucumbe ante el Hombre. Y todo su instinto le empuja a no mirar atrás, a cortar, incluso con impiedad los vínculos sacros de tierra y familia.”, ha expresado Plaza.
El elenco que da vida a los personajes de esta tragedia griega son: Adolfo Fernández, Consuelo Trujillo, Luis Rallo, Poika Matute, Alberto Berzal, Olga Rodríguez, Leticia Etala y Horacio Colomé.
La iluminación y la producción visual basada en vídeos lleva al público a diferentes escenografías. Vemos las olas calmadas. Vemos la sombras de animales que evoca Medea para cumplir sus ritos. El vestuario es bien cuidado.