El público es testigo de las decisiones que se toman al ofrecer titulares a la sociedad. Se busca la rapidez y lo principal es tener una información que venda y que sea competitiva con otros medios.Además sin importar la procedencia de la información. Es una visión del periodismo de la vieja escuela en donde la ética, la investigación y la tarea del reportero era valorada ante un medio que se vende y se apoya en redes sociales y falta de investigación.
Fontseré expresa en el programa de mano que “en esta ocasión centramos nuestra mirada en los medios de comunicación. Algo que empezó con una pluma de cuervo o un cincel, con el paso del tiempo se ha convertido en una máquina voraz e inenarrable de éxito y poder. Nació de la necesidad de transmitir información vital para la sociedad, pero poco a poco ha devenido un negocio del entretenimiento, más centrado en desarrollar una ‘fast truth’ para la masa que en su legítimo objetivo primero. Su cota de poder e influencia es proporcional al número de ventas para ello esta máquina no dudará en matizar, manipular, retocar, filtrar o enfangar la realidad. No importan ni la ética ni la moral, el objetivo es sosegar a la masa, tenerla en vilo, atenta, adicta a la última hora. A su vez la masa es presentada como una devoradora pantagruélica de información fresca y renovada constantemente. El peligro recae en que esta maquinaria que se puso en marcha por unos motivos nobles ha sido desvirtuada por la locura consumista y ahora está fuera de control y ni sus mismos creadores la pueden dominar.
Una vez más partimos de nuestro punto de vista satírico, con escenas pautadas musicalmente que destilan mordacidad. Vemos el desarrollo diario de un gran periódico, Zenit. Observamos los entresijos de sus oficinas, el día a día de sus periodistas convertidos en media workers, las amistades y obligaciones de sus propietarios, el enfrentamiento entre el periodismo ético y la voracidad del medio…”
Participan en este montaje Pilar Saénz, Dolors Tuneu, Xevi Vilà y las dos nuevas incorporaciones a Joglars en este montaje, los actores Julian Ortega y Juan Pablo Mazorra.
Una radiografía basada en la experiencia de amigos periodistas que confesaron su experiencia y dejan ver cómo el periodismo se ha transformado. Un periodismo donde se abusa de los servicios sociales a los cuales no se paga y son utilizados en trabajo hasta publicar sus trabajos bajo el nombre de otraas personas.
Un periodismo sensacionalista que vende mientras más sangre haya. Un periodismo donde los que narran la noticia son los protagonistas y hacen circo maroma y teatro para demostrar que hubo una inundación o una gran nevada.
Mientras que la sociedad se ve envuelta de tanta información de una misma nota que se pierde la realidad ante tanta comunicación. Es el juego del teléfono descompuesto.