KILLING JOKE RATIFICA EN MÉXICO SU POSICIÓN COMO UNA “BANDA DE CULTO”

Killing Joke ratificó en México su posición como una banda “De Culto”; esto, luego del gran concierto que ofrecieron en El Plaza Condesa. Fotos de Rogelio Matamoros

KILLING JOKE, UNA BANDA DE CULTO
Sorprenden Con Su Primera Vistia A México
Texto y Fotos de Rogelio Matamoros
Jaz Coleman, majestuoso.
El calificativo “De Culto” se aplica cuando algo es venerado por un círculo de admiradores constante y que se mantiene lejos de las tendencias (aunque irónicamente recientemente voltear hacia y venerar lo que es de culto, también se ha convertido en tendencia) y es que el concierto con el que Killing Joke debutó en México, vino a ejemplificar este concepto y confirmó su posición como banda de culto.

Esta banda primigenia del post punk (por buscar el calificativo que musicalmente mejor la describa), que precisamente con esta gira se encuentra celebrando cuarenta años de carrera, vino a dar cuenta de lo que su música se ha desarrollado todo este tiempo y con la que sin treparlos jamás a las listas de popularidad, sí han influenciado a una infinidad de bandas y artistas que sí lo han hecho.

Bajo este panorama el manicomio musical de Killing Joke se plantó en el escenario ante una nutrida audiencia, la cual tras calentar los oídos con el trabajo del DJ Lord Fer recibió a Jaz Coleman (vocales), Geordie (Kevin Walker, guitarra), Youth (Martin Glover, bajo), y Paul Ferguson (batería); es decir, la alineación que a pesar de ciertas intermitencias es la original.

La teatralidad natural de Coleman y la deconstrucción física que el paso del tiempo (que ha pasado perdido en el laberinto), le ha procurado, son sus acompañantes entre las tinieblas que pronto habrían de iluminarse con los acordes de Geordie para encender Love Like Blood. Y automáticamente ese vicioso riff nos lleva a reflexionar, a través de cuántas otras manos lo hemos escuchado!

European Super State regresa aun por los sonidos característicos de la etapa primigenia de la banda, pero ya con la consistencia que su incursión en los sintetizadores les ha dado. Con Autonomous Zone la locura dejó rayadas las paredes. La fuerza emanada de una guitarra, un bajo y una batería tradicionales, hace difícil de creer que lo que escuchamos proviniera de ellos. Y es que para entonces la labor del tecladista que los acompaña quedó totalmente justificada.

Jaz Coleman disfruta de hablar, por lo que lo practica al término de cada canción y cualquier tema le funciona para ello. Y con euforia de predicador dirige sus calculadas palabras, para manifestarse con respecto a los cambios en nuestra civilización. El interminable abuso por parte de los círculos del poder y el fastidio de la naturaleza son sus constantes. Sí, recordemos que cuando el espíritu es punk, no es necesario peinarse para arriba.

De nueva cuenta Geordie nos causa un deja vu con su riff de Eighties y recordamos que el pleito por plagio que Killing Joke interpuso contra Nirvana, murió también con Kurt Cobain.

Sin mucho movimiento escénico por parte de estos ya sexagenarios, salvo por el constante vayven de Coleman, atacan con la barbarie musical de New Cold War (ejemplo de su más reciente producción discográfica de 2015), dejando claro que aún están para patear traseros. La tranquilidad con la que Youth disfruta de su labor sobre las cuatro cuerdas, choca conceptualmente con lo que ataca nuestros oídos, pero justifica su reconocimiento global como productor y científico loco de los controles de grabación (cualidades que por algo llamaron la atención del Beatle fresa y lo convenció para que trabajaran en secreto).

Por el otro flanco, cigarro tras cigarro se consumen en la boca del guitarrista, mientras categoriza a la banda con su pesadez para las nuevas generaciones. Y Ferguson como reloj, marcó los tiempos para la maquinaria que hace decenios dictó los parámetros de la música industrial, algo que por supuesto esta noche también practicaron.

La audiencia que esa noche acudió, sabía perfectamente lo que habría y así lo demostró. Y ante el calor de la emoción, Jaz Coleman prometió que regresarán en unos cuantos meses.

Esa noche Killing Joke más que dar un concierto, brindó una cátedra musical de calidad histórica y absoluto valor curricular. Y ahora sus asistentes pueden decir que estuvieron ahí. Mientras tanto las masas que atiborran arenas y estadios para deslumbrarse con conceptos ajenos, dejaron aquí pendiente una pleitesía.

Set list: Love Like Blood, European Super State, Autonomous Zone, Eighties, New Cold War, Requiem, In Cythera, Bloodsport, Butcher, Loose Cannon, Labyrinth, Corporate Elect, Asteroid, The Wait, Pssyche.

Encore: Change, Primitive, Wardance, Pandemonium.