LOS MITOS DEL POP: EL ARTE CONTEMPORÁNEO EN MADRID

Madrid, España.- El Pop llega a la ciudad de Madrid con obras de maestros del arte contemporáneo como: Warhol, Rauschenberg, Wesselmann, Lichtenstein, Hockney, Hamilton o Equipo Crónica, entre otros. La sede donde se exponen más de cien obras es el Museo Thyssen-Bornemisza con la exposición Mitos del Pop.

La selección de obras propone una visión renovada de esta corriente artística desde la perspectiva que ofrece el siglo XXI. Tiene como objetivo llevar al público por un viaje artístico en el que se visite lo pionero del pop británico como el pop clásico norteamericano y su expansión por Europa. La muestra rastrea fuentes comunes del pop internacional y realiza una revisión de los mitos que definen al movimiento. Muestra imágenes de artistas significativos que esconden un irónico y novedoso código de percepción de la realidad que aún sigue vigente en el arte de nuestros días.

Después de veinte años de que se presentará en Madrid una exposición de arte Pop en el Museo Reina Sofía en 1992, ahora toma la batuta la curadora Paloma Alarcó, Jefe de Conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen y presenta nuevamente una exposición de Arte Pop.

En esta ocasión proponen a diferencia de otras exposiciones antológicas o de retrospectivas de algunos de sus principales representantes que han tenido lugar en los últimos años,mostrando el pop como precedente de muchas corrientes artísticas contemporáneas, el planteamiento que propone Alarcó es enlazarlo con la tradición de la pintura, y reivindicar esas raíces que la propia colección permanente del Museo pone de manifiesto con su recorrido por más de setecientos años de historia de la pintura que culmina con la obra de algunos de los grandes nombres del arte pop.

La exposición está dividida en un recorrido temático que pone de manifiesto esa vinculación, organizando las salas según los géneros clásicos del retrato, la naturaleza muerta, la pintura de historia o el paisaje, y mostrando conjuntamente la obra de las grandes figuras del pop norteamericano y británico con la de artistas españoles, italianos, alemanes o franceses que compartieron una actitud similar.

Alarcó explica que la exposición Inicia con una versión de 1992 de este famoso collage de Hamilton, en el que un culturista sujeta un enorme chupa?chup con la palabra POP (un fragmento de la marca de caramelos American Tootsie Roll Pop) en un interior moderno, con una televisión, un cómic enmarcado, un magnetofón, una aspiradora… todo lo necesario en los hogares de la cultura de consumo y que, para la Inglaterra de entonces, era un mundo idílico solo conocido por las revistas americanas.

“ El escocés Eduardo Paolozzi formó parte también de este grupo de pioneros británicos del pop; entre 1947 y 1952 realizó su serie de collages Bunk!, del que se presentan tres ejemplos realizados con revistas americanas de papel cuché, tiras de cómics o anuncios, y que se enmarcan en la misma línea de transformar el glamour americano en una imagen irónica. Con los collages de Hamilton y Paolozzi podemos considerar inaugurado el arte pop, que no comenzaría su andadura en Estados Unidos hasta los primeros años de la década siguiente. Andy Warhol se convirtió en artista a través de la publicidad y del cómic. Después de trabajar como ilustrador y publicista para revistas como Glamour o Harper’s Bazaar, o para la firma de zapatos Miller Shoes, en torno a 1960 y por caminos paralelos, tanto él como Roy Lichtenstein comienzan a representar personajes de cómics en sus pinturas, agrandando los dibujos de las viñetas y convirtiéndolos en obras de gran formato”.

Utilizando las imágenes y técnicas de las comic strips (la característica trama de puntos estarcidos o técnica Benday pero aplicada manualmente) Lichtenstein anulaba la textura y el gesto pictórico de sus predecesores abstractos y exploraba a la vez las complejas conexiones entre el arte y la cultura popular. Aunque a simple vista sus obras parecen simples viñetas agrandadas, al ser analizadas detenidamente, observamos un personalismo retrato de la nueva América. Look Mickey, Forget it! For get me!, Vicki o Mr. Bellamy, que abren la exposición, son un magnífico ejemplo de cómo logra transformar imágenes banales en auténticas obras de arte”.

El público durante su visita podrá disfrutar de emblemas desde mediados del siglo XX, el vertiginoso desarrollo de los medios de masas había invadido la sociedad de slogans y marcas que corearían de manera incesante la televisión, la prensa, los anuncios luminosos y que, como era de esperar, se convertirían en un torrente de ideas visuales para los artistas pop. Desde las famosas Dianas de Jasper Johns y Peter Blake hasta las marcas comerciales de Warhol, los emblemas poblaron las obras pop. Así como obras significativas como Diana verde de Johns, Lata grande de sopa Campbell’s rasgada (Black Bean) o Caja Brillo Soap Pads de Warhol, junto a otros ejemplos como Epifanía de Richard Hamilton, Coca? Cola de Mario Schifano o EAT eléctrico de Robert Indiana.

En mitos se refleja el Hollywood que fue una máquina de fabricar mitos y muchos de ellos se convirtieron en motivos para los artistas pop: el italiano Mimmo Rotella nos muestra a Liz Taylor como reina del Nilo en Cleopatra; Ray Johnson, uno de los primeros en introducir a las estrellas de la música y el cine en unos pequeños collages que realizó en los años 1950, inmortaliza a Marlon Brando o James Dean. También los artistas británicos supieron combinar la fuerza mediática de los grandes ídolos con determinados aspectos de su cultura popular y crearon sus propios mitos como The Beatles (The 1962 Beatles, de Blake) o The Rolling Stones (Liberación, de Hamilton).

Los retratos con la irrupción del pop asistimos a una nueva reinterpretación del retrato. Los media y los
procedimientos mecánicos cambiaron las relaciones entre la subjetividad individual y la conciencia de masa, y los artistas rebasaron los límites del original al reinterpretar imágenes preexistentes; un nuevo y deliberado compromiso con la propia idea de imagen que podría interpretarse como el cuestionamiento de la individualidad a favor del estereotipo o del anonimato. Numerosos retratos y autorretratos pop, utilizan con frecuencia imágenes fotográficas o recortes de revistas para su elaboración; así lo vemos en Autorretrato con guitarra azul de David Hockney, en Retrato de David Hockney en un interior español de Hollywood de Peter Blake o en Hombre reflejado de Allen Jones.

El paisajes, interiores, naturalezas muertas fueron tema de la re interpretación de la pintura pop convirtiendo la historia del arte en un inagotable banco de imágenes. El paisaje impresionista y expresionista o la propia tradición paisajista norteamericana confluyen en la versión mecanizada del pop, como en Cielo Amarillo de Roy Lichtenstein o en los paisajes urbanos de Ed Ruscha, inspirados en las grandes urbes de la costa Oeste norteamericana.

Con el erotismo urbano la profunda transformación de actitudes y normas sociales que trajo consigo la revolución sexual contagió todas las esferas del mundo occidental. Como consecuencia de ello, los medios de comunicación se inundaron de metáforas eróticas protagonizadas por mujeres seductoras y hombres atractivos que, inmediatamente, se incorporaron al repertorio plástico del pop. Ya en el famoso collage de Hamilton había una evidente referencia al nuevo culto al cuerpo del culturista y a la sensualidad artificial de la chica pin?up del sofá. Richard Lindner, Allen Jones, R.B. Kitaj, Tom Wesselmann, James Rosenquist, Andy Warhol y otros muchos artistas relacionados con el pop participaron en 1966 en la exposición ‘Erotic Art 66’, celebrada en la Sidney Janis Gallery de Nueva York, para resaltar el carácter obsesivo que había adquirido en el arte el erotismo de la nueva sociedad.

La pintura de historia acontecimientos históricos o determinadas efemérides contemporáneas fueron igualmente cruciales para la iconografía pop. El legado de la pintura de historia junto a la profusión y la difusión inmediata de imágenes de cualquier suceso a través de los media ofrecía a los artistas una
oportunidad inigualable de repensar y reinterpretar la historia presente y pasada a través de los nuevos medios artísticos.
Andy Warhol fue un verdadero cronista de su tiempo: la llegada del hombre a la Luna, o el asesinato de Kennedy a través de la imagen de su viuda, Jackie, son algunos de los ejemplos reunidos en la sala. El patriotismo que desencadenó la voluntad de reforzar la identidad americana durante la posguerra o el precario equilibrio del mundo, fueron temas reflejados en la obra de artistas como el norteamericano Robert Rauschenberg (Retroactivo II), el italiano Mimmo Rotella (Viva América) o el sueco Öyvind Fahlström (Balancín rojo).

En España, la falta de legitimidad democrática del régimen franquista desencadenó una progresiva conflictividad política y un descontento social que tuvo también su reflejo en el arte.

Sin duda alguna es una excelente exposición que verán miles de españoles y visitantes extranjeros.