MORRISSEY: PASIÓN EN CADA UNA DE SUS PRESENTACIONES

MORRISSEY

Morrissey se presentó en la ciudad de México, en un concierto lleno de recuerdos. El Palacio de los Deportes lució esplendoroso y con una sola palabra podría definirse esta presenación, pasión.

Texto y Fotos de Rogelio MATAMOROS

MORRISSEY
Mágica noche con el divo de Manchester.

Si hay una palabra con la cual se pueda describir el trabajo y en especial las presentaciones en vivo de Morrissey, esa es, PASIÓN. Con él en México ésta siempre se ha desbordado.

Desde el año 2000, Morrissey ha visitado nuestro país en cinco ocasiones y durante las quince presentaciones que ha realizado, el público mexicano le ha rendido una contundente declaratoria de devoción. Sin embargo la cancelación de su presentación en el festival Vive Latino en marzo de 2013 por cuestiones de salud y el eventual anuncio (varios meses después) por parte del propio icono de Manchester en el que señaló que ya no se presentaría en México debido a diferencias irreconciliables con la promotora con la que había venido trabajando hasta el momento, generaron un ambiente de incertidumbre entre el cantante y su audiencia mexicana.

De tal forma el sorpresivo anuncio de esta gira que realizó entre marzo y abril de 2017 de nueva cuenta en Monterrey, Ciudad de México, Guadalajara y Puebla, causaron conmoción entre sus incondicionales. Y especialmente en la Ciudad de México la respuesta fue apabullante, agotando en menos de una semana el boletaje para su presentación en el Palacio de los Deportes. Y fue bajo este escenario que Mozz llegó al legendario domo de cobre para sacramentar una vez más su entarimado.

Esa noche entre el público de la pista se pudo observar a muchos asistentes con ramos de flores y la firme intención de hacérselos llegar a su ídolo. En punto de las nueve de la noche las luces se apagaron y sobre una gran manta que cubría el escenario (y que previamente estuvo presentando un retrato de la Juana De Arco de Carl T. Dreyer), se comenzaron a proyectar una serie de videos musicales y poéticos en ocasiones, cuya curaduría aparentemente corre a cargo del mismo cantante. The Ramones, los New York Dolls, Dionne Warwick y los Sex Pistols entre muchos artistas más fungieron como acto abridor durante treinta minutos, tras los cuales Morrissey apareció en escena flanqueado por su banda, cuyos integrantes portaban flamantes playeras con saludos al presidente estadounidense.

El caballero de las sienes y el saco plateados saludó a su “familia” y destapó la olla de vapor interpretando “Suedehead”, con lo que el monstruo de las más de 21 mil cabezas casi lo engulló. Tras “Alma Matters” comenzó el obligatorio recorrido por su época como integrante de los Smiths con “How Soon Is Now?” y continuando el repaso a sus hits nos entregó “First Of The Gang To Die” en un arreglo de polca.

Para entonces las flores caían al escenario por todos lados y en algún momento hasta un sostén también aterrizó. En cada ocasión que Morrissey se aproximaba a la orilla del escenario el público se arremolinaba e intentaba tocar al divo.

“Kiss Me A Lot”, “Peace Of The World Is None Of Your Business”, “Istanbul” y “The Bullfighter Dies” conformaron un bloque seleccionado del trabajo discográfico más reciente que Morrissey ha entregado (aunque en una entrevista que le realizaron hace algunos días, confirmó que ya tiene un disco nuevo totalmente terminado pero que no lo ha editado ante la falta de interés por parte de las compañías discográficas). Justo previo a la interpretación de “The Bullfighter Dies”, Morrissey se jactó del gusto que le dio enterarse de la noticia de un torero que murió en México luego de ser cornado. Este fue tan sólo uno de los mensajes político–sociales que el cantante manifestó durante la noche. Otro de ellos llegó con la interpretación de “Meat Is Murder” (también de los Smiths), durante la cual se proyectaron impactantes imágenes de las actividades que se realizan en los mataderos de animales y sentenció “dejen en paz a los animales, si tienen hambre cómanse a un humano”.

El sentimiento alcanzó su punto de ebullición con la interpretación de “There Is A Light That Never Goes Out”, el clásico de los Smiths que marcó a toda una generación con sus trágicas metáforas del zenith amoroso. Fue en ocasiones como ésta en las que el sistema de audio del concierto quedaba insuficiente, opacado por el coro multitudinario y como también en plan solista Morrissey ha alcanzado estos momentos estremecedores en los que rompe la belleza de sus melodías con trágicos giros en sus líricas, el ambiente se mantuvo mientras las gargantas entonaron “Everyday Is Like Sunday”.

Como es costumbre en sus presentaciones, Morrissey intentó romper su camisa, lo cual sólo logró parcialmente, por lo cual en esta ocasión no la arrojó al remolino de manos. Pero sí se la cambió para continuar con la interpretación de “Ouija Board”, “Shoplifters Of The World” (una más de los Smiths, la cual aprovechó para enviar un cariñoso saludo al presidente estadounidense), “Let Me Kiss You”, “Jack The Ripper”, “You Are The One For Me”, “Fatty”, “You Have Killed Me” y “What She Said” (la última de los Smiths para esta noche).

Con lujo de gallardía Mozz (para los cuates) se despidió y abandonó el escenario para dejarlo durante algunos minutos a expensas de ensordecedoras peticiones por, al menos, una canción más. Pero más ensordecedor fue su regreso, escoltado por los integrantes de su banda quienes ahora portaban playeras con la leyenda “Stop Bullying The Bulls”. Sorpresivamente a la hipotética cuenta de “one, two, three, four!” la despedida corrió a cargo de un cover al clásico de los Ramones “Judy Is A Punk”. Los últimos intentos por alcanzar a tocar su mano o verlo de cerca se fueron extinguiendo durante estos escasos dos minutos.

A los aferrados no les quedó de otra más que extinguir su desesperación pues el rey de la noche (aunque prometió que regresará en otra ocasión) se retiró para no volver.

De esta forma Morrissey cumplió con la deuda que dejó pendiente tras la pasada cancelación y al mismo tiempo renovó sus votos con el público mexicano. Y mientras tanto debido a los micrófonos ambientales que observamos colocados a los extremos del escenario, también nos dejó revoloteando la idea de que este concierto fue grabado para ser editado próximamente.

KWEAR KAMBRAH

SANTOPECAO