Rodrigo y Gabriel ofrecieron un espectacular concierto en la ciudad de México, dejando con grato sabor de boca a todos los asistentes. La sala lucía casi llena y el dueto agradeció cada uno de los aplausos.
Por Rogelio MATAMOROS
Rodrigo y Gabriela (o Gabriela y Rodrigo, como apuntó la misma Gabriela Quintero durante algún momento de esa noche), son uno de esos contados casos en los que el talento local ha sido reconocido antes y de mejor manera en el extranjero que en su tierra natal. A pesar de ser originarios de la ciudad de México y de que han venido a presentarse en cuatro ocasiones, la última ocurrió hace casi cinco años.
Casi dos horas de heavy metal en formato acústico.
Esa noche ante una nutrida audiencia, durante los espacios entre sus interpretaciones, Gabriela se dirigió al público narrando la historia del dueto. “Chilaquiles” de nacimiento (como también se autodenominó), la pareja de guitarristas decidió abandonar la ciudad tras dar por terminada la existencia de Tierra Ácida, la banda metalera con la que comenzaron su periplo musical y emigraron a Irlanda, donde pronto aprendieron a tocar en la calle.
En medio de una producción escénica sencilla pero eficiente, el dueto de guitarristas presentó una selección de temas conformada principalmente por material de su propia autoría y por supuesto algunas de las célebres interpretaciones acústicas a himnos heavy metaleros, las cuales les dieron fama e incluso el reconocimiento de muchos de los autores originales. Dentro de esta sección presentaron Holy Wars de Megadeth; Orion y Battery, de Metallica.
El estilo de Rodrigo y Gabriela, al que injustamente algunos sectores encasillan simplemente como flamenco, en vivo cobra la vida que en ocasiones sus grabaciones no reflejan del todo y dejan claro que definitivamente necesitan ser apreciadas en vivo, para cautivar con la experimentación que el versátil dueto le aplica a sus acústicas con diversos recursos tecnológicos.
Y como bien mencionaron esa noche se percibía una especial festividad, ya que entre el público se encontraban muchos de sus familiares y amigos. Como resultado de esto, Rodrigo Sánchez invitó a aproximadamente treinta personas del público a subir al escenario, con los que la interpretación de Savitri, The Russian Messenger y Hora Zero (de Astor Piazzola), transmitió una gran cantidad de energía que se creería que sólo con instrumentos eléctricos se podría lograr; no fue el caso.
Del material conocido también interpretaron “The Soundmaker”, “Hanuman”, “Diablo Rojo”, “Fram” y “Tamacún”. También ofrecieron la primicia de presentar dos temas que formarán parte de su próximo disco, en el cual se encuentran trabajando aún. Una de ellas no tiene título aún y a la otra la denominaron “Somos De Arena”, ambas interpretadas vocalmente por Rodrigo, la primera en inglés y la segunda en español.
Notablemente conmovidos agradecieron hasta a la gente de su staff, antes de despedirse de esta estupenda presentación en la que celebraron con sus paisanos su música y especialmente el concepto que desarrollan escénicamente, el cual les continúa procurando el reconocimiento internacional.
Setlist: The Soundmaker, Hanuman, Diablo Rojo, Holy Wars… The Punishment Due / Orion / Battery, Savitri / The Russian Messenger / Hora Zero, So Long, Fram
Encore: Otherside / De Música Ligera / Creep, Somos de Arena, Tamacún
