21 PILOTS: UNA BUENA DÓSIS DE ROCK Y DRAMATISMO ESCÉNICO

21 PILOTS

21 Pilots ofreció una muy buena dosis de rock con toques de dramatismo en su concierto del Palacio de los Deportes. El dueto triunfa una vez más en su visita a México.

Por Romina TREJO / Fotos de César VICUÑA (Ocesa)

21 PILOTS
Derroche de energía.

Viernes, 30 de septiembre y día de quincena, Twenty One Pilots tendría que ofrecer una buena dosis de rock y así fue; terminó con unos toques de dramatismo y extravagancias que caracterizan a este par de músicos estadounidenses.

Desde su primera aparición en nuestro país en 2013, como banda invitada para abrir el concierto de Paramore, se dieron a conocer para la mayoría de los fanáticos que hasta la fecha los siguen, excepto para aquellos hipsters que decían “conocerlos”.

El Palacio de los Deportes comenzó rebotando con una pequeña intro de “Fairly Local”, para dar paso a “Heavy Dirty Soul”, que enseguida haría cantar a todas esas cabezas cubiertas por gorros rojos que se movían incesantemente.

Tyler, vocalista de la banda, sorprendió a todos desde el inicio haciendo una inesperada aparición entre las gradas para finalizar la interpretación de “Hometown”. Durante “Polarize” todos alzaron los brazos al ritmo del “hands up!” que provenía desde el escenario; otro momento para recordar fue que al escuchar el sonido del ukelele, vendría Tyler con su camisa estilo hawaiano para tocar “House of Gold”.

Los fanáticos se prendieron aún más cuando este dueto subió a un pequeño escenario montado en medio de la pista con “Ode to Sleep”, rodeados de los cientos de adolescentes que coreaban con euforia y Tyler haciendo pequeños paseos por el pasillo central que enloquecían a los afortunados que podían verlos de cerca y en el caso de las mujeres, casi casi hasta “manosearlo”.

Todos esperaban el momento para escuchar el hit del momento: “Stressed Out”, con la intención de que los fans liberaran todo el stress acumulado por esperar durante horas la aparición de Joshua Dun, baterista y Tyler Joseph, en el escenario.

Al término de “Guns For Hands”, Tyler se mostró temerario (más de lo que es) al introducirse en una bola roja gigante para lanzarse hacia el público para que jugaran con él. Incluyendo variaciones en canciones como “Tear In My Heart” y “Car Radio” para darle un sabor innovador al espectáculo.

Todo fue una folie à deux, es decir, locura compartida entre miles de personas que presenciaron los saltos, el dinamismo y los disparates que los hicieron comportarse un poco más locos de lo normal.

Para cerrar con broche de oro, “Trees”, en el que los músicos con playeras de la selección mexicana de football, literalmente se subieron al público con sus tambores para rematar la canción.

Aunque fueron pocas las palabras que ofreció el vocalista a su público, con su performance demostró el júbilo de visitar nuevamente tierra mexicana y ofrecer un show que dejó satisfechos a la mayoría por la cercanía que tuvieron estos personajes tan extrovertidos. El público salió ansioso y a la espera de una nueva visita.

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