Reflejos del Pop, expone en el Museo Carmen Thyssen, en Málaga. Cuarenta obras que son un instante a la modernidad en España.
Por M. Esther BELTRÁN / Fotos de J. Carlos SANTANA
Andalucía, España.- El Museo Carmen Thyssen Málaga refleja el pop por medio de su exposición temporal en la que se incluyen cuarenta piezas. Con el título Reflejos del Pop, abre una ventana a la manifestación crítica de varios artistas, la curaduría corre a cargo de Lourdes Moreno directora del museo. Ha contado con Simón Marchán Fiz como asesor científico, él es especialista y referente de primera línea en arte pop, catedrático de Estética y Teoría de las Artes.
Un reflejo del arte pop español.
La exposición permite aproximarse a la recepción del pop internacional en España durante las décadas de 1960 y 1980, a diferencia del caso europeo o estadounidense, el pop se desarrolla en España como un movimiento colectivo. Un número reducido de creadores españoles adaptará los lenguajes y códigos estéticos de artistas como: Rosenquist, Lichstenstein, Erró, Adami, Hockney, Rotella, etc.
Entre las obras más destacadas de cada artista se encuentra Retrato -Peintre de Eduardo Arroyo; Reina por un día II , 1969 de Equipo Realidad; El intruso, 1969 de Equipo Crónica y Cabeza con franjas, 1964, de Luis Gordillo.
A través de cuatro de las propuestas creativas en las que de forma más clara y continuada se puede ver la influencia de ese movimiento. Así, el espacio expositivo se divide y comienza con las obras de Luis Gordillo, a continuación se presentan las piezas de Eduardo Arroyo, en la zona siguientes las de Equipo Crónica y, por último, se encuentran las de Equipo Realidad.
“En un panorama artístico dominado por la abstracción informalista, el movimiento pop irrumpe en España a comienzos de los sesenta, imbuido de un marcado sentido crítico con el marco social, político y cultural de las décadas finales del franquismo. La apropiación y reinterpretación de imágenes procedentes de la prensa, la publicidad, los cómics, el cine, la televisión o la historia del arte, la estructuración de las obras en series, el uso de tintas planas y colores reducidos y estridentes serán sus principales características formales, si bien los artistas españoles plantean una intervención de claro contenido social y político sobre esa iconografía popular reutilizada”, explica Lourdes Moreno.
Agrega que no supondrá, sin embargo, un movimiento colectivo, sino la asimilación por parte de un número reducido de creadores españoles que expresan diversas manifestaciones que dejan fe de la creación pictórica.
Moreno explica que Eduardo Arroyo se caracteriza por el empleo de una fina, ironía y por el diálogo permanente que establecen sus imágenes descontextualizadas. “Sagaz, crítico, iconoclasta, denunció situaciones políticas a través de sus obras con el mismo espíritu intenso y desacralizado ya empleado por los autores más rebeldes de a las vanguardias. A esta actitud Eduardo Arroyo añadió un peculiar sentido cáustico, una visión apasionada y un deseo vehemente por manifestar su inquietud.
El Equipo Crónica estuvo formado por Juan Antonio Toledo, Manuel Valdés y Rafael Solbes es una experiencia de Estampa Popular en Valencia, como parte de un proyecto que deseaba luchar contra la dictadura y vincularse a una estética realista compartidas por varios artistas. Este equipo fue un reflejo de lo que estaba ocurriendo en el país y sobre todo, manejó con especial audacia visual la asimilación del mestizaje de culturas. El equipo se planteó trabajar obras en serie, lo que les permitía una narración continuada y realizar reflexiones y variaciones sobre el mismo tema. Su participación en exposiciones internacionales sirvió como respaldo a su línea artística, siendo 1967 un momento importante para su trayectoria.
“Este equipo que no pretendía la novedad moderna, logrará una síntesis inconfundibles en un cruce entre la historia y el consumo de imágenes, entre la alta cultura artística y la baja de masas. A lo que no es ajena la sustitución del óleo por el acrílico, así como una ejecución que se apoyaba en los recursos que empleaban los realizadores de las carteleras cinematográficas”, indica Marchán Fiz.
El equipo realidad sus creadores es Jordi Ballester y Joan Cardells ambos trabajaron de forma colectiva creando y haciendo convivir las imágenes bajo el paraguas de la tendencia Crónica de la Realidad, comprometidos, mantenían viva la rebeldía que les condujo a crear un arte de compromiso y denuncia social, utilizando la ironía y la parodia dentro de la estética pop. Trabajaron desde la crítica hacia la nueva sociedad que estaba formándose en los años del desarrollismo franquista, un periodo en el que el régimen abandonaba su aislamiento y permitía una cierta apertura.
Marchan sobre Luis Gordillo explica que la actitud del artista sobre el arte pop queda fijada en las pinturas, pero igualmente en los esclarecedores comentarios sobre el pop marginal.
Desde luego era consciente de que resultaba difícil precisar las causas que le motivan a hacerlo en una sociedad, como la española, en donde aún no había elementos claramente pop; debido a que no poseía las características tecnológicas ni los niveles de consumo de la inglesa o la norteamericana. No obstante, la reacción nunca cesará de ser ambivalente: “En cuanto me apasiona la realidad exterior, estoy marginalmente ligado al pop-art, pero en cuanto a mi disposición ética pretendo distanciarme de él. Este distanciamiento ha de producirse por una toma de confianza en el acto de pintar y por un replanteamiento del papel del control en dicho acto”.
Sin duda alguna esta exposición muestra la lucha de los artistas de mostrar su inconformidad ante una sociedad que poco podía expresar debido a una situación política crítica como la que vivió España a causa del franquismo.
